" de chiquilín te miraba de afuera"
domingo, 22 de marzo de 2015
BIENVENIDO OTOÑO PORTEÑO
Comenzamos el otoño en nuestro país y es una de las estaciones del año más recurrentes en los paisajes poéticos reflejados por el tango
En el otoño, la melancolía se agiganta:
"El Otoño te trajo, mojando de agonía,
tu sombrerito pobre y el tapado marrón...
Eras como la calle de la Melancolía,
que llovía...llovía sobre mi corazón..!"
Así dice Catulo Castillo en los versos de María, tambien un viejo vals de José Rial titulado "Rosas de otoño" es uno de los éxitos de Carlos Gardel con Francisco Canaro y luego del mismo Canaro con la voz de Nelly Omar
Tu eres la vida, la vida dulce,
llena de encantos y lucidez;
tú me sostienes y me conduces
hacia la cumbre de tu altivez.
Tú eres constancia, yo soy paciencia;
tú eres ternura, yo soy piedad
Tú representas la independencia,
yo simbolizo la libertad.
Tú bien lo sabes que estoy enfermo
y en mi semblante claro se ve
que ya de noche casi no duermo,
no duermo nada ¿sabes por qué?
Porque yo sueño cómo te aprecio,
de que a mi lado te he de tener...
Son sueños malos, torpes y necios,
pero, mi vida, ¡qué voy a hacer!
Yo sufro mucho, me duele el alma
y es tan penosa mi situación
que muchas veces, por buscar calma,
llevo mis dedos al diapasón...
De tu desprecio nunca hagas gala
porque, si lo haces, ¡pobre de mí!...
Quereme siempre, no seas tan mala...
Vamos, ingrata, ¡no seas así!
El poeta Héctor Negro publicó en su libro “Cantaré hasta el fin” del año 2010, este poema: ENTRESUEÑO DE OTOÑO
Estrellísimas chispas de azotea
Merodean la noche con luz de ojos de gato,
Mientras baja por las húmedas paredes
-sigilosamente-
La niebla con pasos de araña.
Se apaga la luz de la última ventana despierta
Y un viento filoso arrastra hojas secas y amarillas
Que ensayan remolinos dorados
En algunos recodos donde se esconde el frío.
En la calle vagan sombras difusas que cruzan el otoño
Apurándose hacia no se sabe donde
Y focos fugaces horadan la neblina
Lustrando sus lomos con el aire húmedo.
Tan solo hay un calor que crece
En un beso furtivo que une dos cuerpos
En el hueco de un umbral
Y se advierte como un aura
Que se impone victoriosa
Sobre todos los intentos de los pozos de la noche,
Del silencio emboscado
Y del bostezo de la monótona pereza de una calle
Que se agobia con el cansancio de su gente.
En los años cincuenta el maestro Enrique Mario Franchini compuso su inolvidable "Tema otoñal" que grabó con un sentido solo de violín y unos años después Astor Piazzolla imaginó las cuatro estaciones porteñas.
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