" de chiquilín te miraba de afuera"

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cafe de Garcia

miércoles, 10 de marzo de 2010

El pibe Ernesto


Ernesto Ponzio

Buenos Aires, 1885 - Banfield, Prov. Bs. As., 1934

El ambiente en que se desarrolló su carrera fue bastante duro, y de hecho hoy su nombre se relaciona con malevos, cafés de baja reputación y ambientes delictivos. Como consecuencia de ello, su biografía tuvo aristas trágicas. Pero nada de esto impidió que fuese un violinista de primer orden, creador de una obra fundamental para la historia del tango: Don Juan. "El Pibe Ernesto" nació en el barrio de San Telmo. Creció en un entorno familiar en donde había varios músicos. Teniendo él mismo vocación para el violín, la escasez de recursos no le hubiera permitido seguir un estudio metódico de no hallar un mecenas, la Sra. De Diana, quien financió su educación artística en el prestigioso Conservatorio Williams. Si bien recibió una formación exclusivamente clásica, Ponzio (la grafía “Poncio” es incorrecta) prefirió desde muy temprano el repertorio popular, centrándose en el casi recién nacido tango. Hay testimonios de que ya a los once años tocaba en La Batería, de Retiro; como también en cafés del Abasto, el barrio de su preferencia. A los catorce lo recoge otro violinista, Genaro Luis Vázquez, quien le gestiona algunos trabajos y así Ponzio va haciéndose conocido.

Integró un conjunto en el célebre local Hansen, junto a Vázquez y al flautista Luis Teisseire. Luego actuó en el Tambito y en sitios de reputación más baja, como lo de Laura, lo de la Vasca y lo de Mamita (Concepción Amaya). Hacia 1898-1900, siendo apenas adolescente, dio a conocer su tango Don Juan, sobre el que hay diferentes versiones acerca de su nacimiento: la primera, que fue en el Hansen, como dedicatoria al “taita” Juan Cabello (mencionado en la letra que a este tango le añadiera Ricardo J. Podestá); la segunda, que fue en lo de Mamita, inspirado tras haber oído unos pocos compases en piano por un tal “Negro Sergio”. Haya sido de una u otra manera, lo real es que en breve tiempo este tango tuvo una gran influencia en la época. Con su amigo el clarinetista Juan Carlos Bazán salió de gira por el interior del país. Su calidad como músico no consiguió alejarlo del ambiente del bajo fondo, cayendo en desgracia a causa de un asesinato que nunca se preocupó en desmentir. El 18 de enero de 1924, en el galpón de un tahúr de Rosario, provincia de Santa Fe, Ponzio mató de un balazo en el pecho a un tal Pedro Báez, tras descubrir una trampa jugando a la taba. Tras el ajusticiamiento, Ponzio se ocultó en el Mercado Modelo, pero fue apresado por dos agentes. Aunque alegó que cometió el delito estando borracho, la excusa no fue tenida en cuenta y fue condenado varios años de cárcel. Cumplido, volvió a Buenos Aires y fue agasajado en un restaurante del barrio de Boedo. Continuó siendo una personalidad muy estimada en el ambiente artístico, pero su carrera fue declinando por falta de disciplina de trabajo. El empresario Pascual Carcavallo le ofreció una temporada en el teatro Nacional, de la calle Corrientes, como integrante de la Orquesta de la Guardia Vieja (junto a otros músicos de su generación, como Bazán, J. L. Padula, Saborido, Teisseire y otros); pero no tuvo continuidad. Tampoco halló mayor prosperidad con la Orquesta Típica Ponzio-Bazán, aunque se recuerda una importante actuación en 1932 en el Luna Park. En 1933 participó en la obra De Gabino a Gardel, junto a este cantor y un gran elenco. Falleció en 1934, al día siguiente de mantener una entrevista con el periodista Héctor Bates.

Como compositor, además de su clásico Don Juan dejó otras importantes obras como Ataniche, Cara Dura, Culpas ajenas, El Azulejo, Quiero papita, La milonga, Los inmortales, 18 Kilates, Argelia, etcétera. Ponzio afirmó ser el verdadero autor del célebre tango El entrerriano, firmado por Alfredo Eusebio Gobbi; y tras su muerte circuló la noticia de que, en efecto, lo era: varias necrológicas así lo afirmaron. Sin embargo, esta adjudicación no se ha comprobado plenamente. Gobbi ha sido autor de una segunda letra para Don Juan, titulada Mozos guapos (con la letra original de Podestá, el subtítulo de Don Juan es El taita del barrio).

A pesar de estar activo en una época de abundante producción discográfica, no quedaron grabaciones propias y se desconoce si participó en registros de otros conjuntos. Afortunadamente quedó un registro fílmico, tardío aunque valioso, en la película ¡Tango! (dir.: Moglia Barth, 1933), en donde junto a Bazán y otros músicos aparece tocando Don Juan.

Cabe destacar que su tango Culpas ajenas tuvo posteriormente una letra, a cargo del poeta Jorge Curi, que representó en gran parte la vida misma de Ponzio.