" de chiquilín te miraba de afuera"

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cafe de Garcia

domingo, 26 de mayo de 2019

"UN POETA FEDERAL"

Blomberg, Héctor Pedro Letrista (18 marzo 1889 - 3 abril 1955) Lugar de nacimiento: Buenos Aires Argentina Su abuelo paterno era un marino noruego y su madre (Cecilia López), según nos relata Eduardo Moreno, era una excelente escritora y traductora, de nacionalidad paraguaya y sobrina del mariscal Francisco Solano López. Esta mujer que vivió hasta los noventa y siete años constituyó, posiblemente, el principal estímulo de su vocación poética. Inició estudios en la facultad de Derecho, pero esta no lo sedujo y pronto la abandonó. Los viajes, en cambio, fueron una constante en su vida. Un día del año 1911 caminaba por el puerto cuando avistó un barco listo para partir hacia Noruega. Marchó a su casa, preparó lo necesario y se embarcó. Retornó dos años más tarde, con las imágenes de muchos países recorridos y un sinnúmero de versos, que al tiempo fueron considerados en las revistas populares de la época, como Caras y Caretas y Fray Mocho. Tras ellos sus primer libro de poemas La canción lejana (1912). Le sucedieron otros títulos, por años olvidados: A la deriva (1920), Gaviotas perdidas (1921) y algunos otros. En el año 1929 se publicó una recopilación de sus artículos periodísticos que se tituló Las puertas de Babel. Pero el poeta devino en escritor popular, lugar donde se sintió cómodo e inspirado. La poesía dejó de ser su principal expresión, es posible que la haya considerado una necesidad de su primera juventud, pero también que haya sido atraído por el aplauso fácil y el dinero rápido que la poesía nunca le daría. Su amistad con Carlos Schaeffer Gallo lo transportó a un mundo diferente, el teatro y la radio. Escribió relatos para Radio Splendid en 1929. Tenían otro contenido que el de sus poemas, ya no eran imágenes de marineros y tierras exóticas. Los episodios que fue creando eran bien de tierra firme y reflejaban los hechos que habían ocurrido algunas décadas antes de su propio nacimiento, incluso en las mismas calles que lo vieron crecer. Con una mezcla interesante de realidad y ficción, tratando de evitar resquemores que pudieran aparejarle inconvenientes políticos, sus personajes fueran inventados, especialmente para sus obras. Así surgieron sus historias de Unitarios y Federales, las acciones de la feroz Mazorca del Brigadier Juan Manuel de Rosas y los amores prohibidos por ideas desencontradas. El equilibrio consistía en que los malos no eran tan malos, ni los buenos tan buenos. El escritor había encontrado la temática que no abandonaría más, que signaría finalmente toda su obra. Y el público le respondía entusiasmado por aquellas acciones grandilocuentes que se desarrollaban en escenarios donde transitaban personajes bien caracterizados y definidos de la historia reciente. La lucha entre el mal y el bien, la condición feroz de unos y la nobleza y la bondad de otros y el amor siempre presente, sufrido y recatado, propio de la época. Junto a Schaeffer Gallo a Carlos Max Viale Paz y al afamado actor Elías Alippi llegó al teatro, al «género chico», como se definía al sainete, propuesta cultural de consumo masivo, vehículo dramático y romántico con toques humorísticos y con el especial atractivo de sus canciones. Esto último, lo impuso Alberto Vaccarezza, director de una compañía teatral con su obra Barcos Amarrados, escrita en colaboración con Pablo Suero, donde el galán también era cantor y, en este caso en particular, nada menos que Ignacio Corsini. Corsini y Blomberg se hicieron muy amigos y el cantor le propone la colaboración de su guitarrista Enrique Maciel para musicalizar sus versos. De esta comunión surge su primera y más difundida obra: “La pulpera de Santa Lucía”, que comenzó con una frustración para luego lograr la gloria. El Caballero Cantor la estrena en Radio Prieto en 1929, luego pasa al teatro y a los estudios de grabación. En pocos meses se vendieron más de doscientas mil copias. Fue sin duda la canción emblemática de Corsini. Con Enrique Maciel construyó toda su obra, excepto el vals “Novia del mar” que lo hizo en colaboración con Otto Wiengreen y la ranchera “Bajo la santa Federación”, en colaboración con Salvador Merico. Todas fueron llevadas al disco por Ignacio Corsini con las guitarras de Rosendo Pesoa, Enrique Maciel y Armando Pagés. Los títulos que fueron grabados por Corsini fueron: “El adiós de Gabino Ezeiza” (milonga), “La pulpera de Santa Lucía” (vals), “La mazorquera de Monserrat” (tango), “Violines gitanos” (tango), “Tirana unitaria” (tango), “La viajera perdida” (tango), “La que murió en París” (tango), “Siete lágrimas” (canción), “La guitarrera de San Nicolás” (vals), “No quiero ni verte” (vals), “Los jazmines de San Ignacio” (canción), “La canción de Amalia” (vals), “La china de la Mazorca” (canción) y “Me lo dijo el corazón” (tango). La obra poética de Blomberg durmió mucho tiempo en las bibliotecas y en 1950 fue rescatada entre otros por el poeta Raúl González Tuñón, que reconoció la existencia de una deuda lírica con Blomberg. Alguien lo describió como un flaco alto y silencioso, similar a los marinos nórdicos que navegaban por su imaginación. Un hombre caballero y buen amigo cuya personalidad se sintetiza en la siguiente anécdota: su libro A la deriva fue considerado ganador del primer premio municipal de poesía de 1920. El segundo lugar le correspondió a Alfonsina Storni. Cuando Blomberg se entera, momentos antes de la proclamación oficial, le dijo al jurado «Las damas primero». El jurado aceptó su sugerencia y se cambió el orden de premiación. Alfonsina resultó la ganadora. Eduardo Moreno nos comentó otra anécdota sobre este buen amigo: «Cuando fue corresponsal en París del diario La Razón, lo acompañó una chica en el rol de secretaria. Una muchacha muy preparada, egresada de filosofía y letras, que antes había sido empleada en el diario Última Hora, donde colaboraba con Samuel Linnig (el autor de “Milonguita (Esthercita)”). En París la chica se encargaba de difundir por todos los medios las notas que Blomberg escribía sobre el tango. El destino quiso que durante su estadía la muchacha enfermara y falleciera muy pronto. Este desdichado suceso lo inspiró para escribir “La que murió en París”. Se llamaba Alicia Elsa French y era descendiente del prócer de la Revolución de Mayo, Domingo French». Ni Charlo, ni Gardel grabaron temas de Blomberg. Solamente Magaldi, una vez, con la canción “La parda Balcarce”, registrada el 28 de septiembre de 1932. Héctor Blomberg fue sin dudas el letrista exclusivo de Ignacio Corsini.

sábado, 11 de mayo de 2019

" EL HIJO DEL ZAPATERO Y LA MAESTRA"

Oscar Rubens ( Buenos Aires Argentina, 18 de enero de 1914 – 6 de octubre de 1984 ) fue un letrista y compositor cuyo nombre real era Oscar Rubistein que también utilizaba el seudónimo de P. Valdez y que se dedicó al género del tango. Era hermano del letrista y compositor Luis Rubistein. Sus padres, el zapatero Motl Rubinstein y la maestra de escuela judía María Kaplán, provenían de la ciudad de Dnipropetrovsk, que por entonces se llamaba Ekaterinoslav, en Ucrania, y habían llegado a la Argentina en 1906 huyendo del antisemitismo que había recrudecido a raíz de la guerra ruso-japonesa (1904-1905). Venían con 3 hijas y en Argentina tuvieron 7 más, de los cuales el segundo fue Luis. En los documentos de algunos de los Rubinstein, incluidos Luis y Oscar, desapareció la "n", convirtiéndose en Rubistein. Luis nació y vivió su infancia en la casa de la calle Catamarca 945, del barrio de San Cristóbal, donde la familia ocupaba dos habitaciones y el padre ejercía su oficio arreglando zapatos. Oscar fue un letrista prototípico de la década del '40, con sus letras tristes, de amores cargados de romanticismo y por lo mismo elementales, sin contradicciones ni complejidades psicológicas. Siempre apeló al toque poético, pero sin trascender al letrista: sus versos, oídos de labios del cantor, llegan eficazmente amalgamados con la música, pero no es aconsejable leerlos buscando el poema. Entre su obra se destacan “Dejame así”, con música de Víctor Braña y Domingo Triguero, de única y antológica grabación por Alfredo De Angelis con Floreal Ruiz en 1943; el exquisito “Gime el viento”, con el pianista Atilio Bruni, grabado ese mismo año por Aníbal Troilo con Fiorentino y por Miguel Caló con Raúl Iriarte, entre otros registros; “Lloran las campanas”, con Alberto Suárez Villanueva, registrado en 1944 tanto por Carlos Di Sarli con Alberto Podestá como por José García con Alfredo Rojas; “Tu melodía”, también con Suárez Villanueva, objeto de una de aquellas algo exóticas versiones de Domingo Federico con Carlos Vidal en 1944, quienes en 1947 registraron igualmente “Mar”, del mismo binomio, el que también produjo “Lejos de Buenos Aires”, muy popularizado por Caló-Berón y Troilo-Fiorentino y en el que Rubens se vuelca a la exaltación evocativa de la ciudad, lo que es todo un desvío en su temática. Por último, “Extraña”, con música de Miguel Caló, grabado por éste con Iriarte en 1947, un tango muy olvidado pero de gran belleza, en el que se percibe la influencia de “La viajera perdida”, de Héctor Blomberg. Por el camino el nombre de Rubens había quedado asociado a éxitos como “Al compás de un tango”, con Suárez Villanueva, “Cuatro compases”, con Bruni, “Rebeldía”, con Roberto Nievas Blanco, y “Triste comedia”, con Héctor Stamponi. En 1957, Elías y Oscar dieron a conocer “¿Por qué seguir?”, grabado por Miguel Caló con Roberto Mancini, en el que una pareja estéril se plantea la separación.

viernes, 10 de mayo de 2019

"EL MAESTRO LITO"

Nombre real:García Ferrari, Manuel Juan Guitarrista, cantor, compositor y letrista (3 marzo 1905 - 7 marzo 1986) Lugar de nacimiento: Rosario (Santa Fe) Argentina Fue el mayor de cinco hermanos, su padre murió muy joven y solo pudo cursar hasta cuarto grado de la primaria. A los doce años (en 1919) ya era obrero en una fábrica de yerba, trabajando por 40 centavos diarios (10 pesos por mes), más un paquete del producto por semana a mitad de precio. Más tarde, ya por 40 pesos por mes, ingresa a la firma harinera de Molinos Fénix. Desde su adolescencia se enfocó en la poesía y la guitarra. Desde 1922 fue amigo de Agustín Magaldi y de Libertad Lamarque. En 1923, comienzan sus presentaciones en radio, fue en LT3 Radio Sociedad Rural de Cerealistas, de la ciudad de Rosario. Cantaba y recitaba sus propios versos. Como cantor tenía en contra el peso de nombres ya destacados como Héctor Palacios, Agustín Irusta, Agustín Magaldi y otros. Recitando, conseguía cierta aceptación. Era Lito García Ferrari, pero un locutor le propuso un seudónimo. Por poco es Lito Gallardo, pero llega a la ciudad un matrimonio de actores y recitadores, ella lo subyuga, se llama Gloria Bayardo. No sólo se queda con el nombre, se estimulan sus ansias de actor. Con los años se entera que ella también utilizaba un seudónimo. Se emplea en una casa de música. Desde marzo de 1922 es amigo de Magaldi. De Libertad Lamarque desde siempre, ya que viven en la misma cuadra y van juntos al colegio de la vuelta de su casa. En radio recita acompañado al piano por Santiago París y canta formando el dúo Bayardo-Natale, con el guitarrista Roussy, el mismo que acompañara el inicio de Magaldi junto a la voz de Espinosa. Su patrón lo envía a Buenos Aires para enviarle una tarjeta a Julio De Caro que pronto actuaría en Rosario. Cuando lo conoce, De Caro le pregunta sobre la ciudad y también por dos cantores que necesitaría para la gira. Se ofrece con su trío, su nueva formación: Bayardo-Rossi-Roussy. El maestro los escucha y los acepta. Fue en octubre de 1928, cuando debutan en un teatro. Para los muchachos del trío fue una aventura artística, luego cada uno se reincorpora a su actividad habitual; René Rossi como chofer, Roberto Roussy como artesano y Lito, empleado de la casa de música. De Caro vuelve a citarlo para los carnavales de 1929, en el Teatro Ópera de nuestra capital, participa como estribillista de la orquesta junto con Luis Díaz, Roberto Caldas y René Rossi, cada uno con su megáfono en ristre. Al año siguiente volvió a estar presente, esta vez en el teatro Cervantes. Fue en ese tiempo que conoce a Gardel con motivo de la grabación de “Duelo criollo”. Una anécdota: Gardel estaba preocupado por la escasa venta de sus discos en Rosario. Luego de unas averiguaciones Bayardo le dio su opinión. Ocurría que el sello de Gardel, Nacional Odeon, sacaba varios discos mensualmente a 3,25 pesos y el sello competidor, Víctor, no más de uno o dos por mes. Para ese sello grababan Magaldi —también rosarino— y Rosita Quiroga que vendían bien, cada uno a 2,50 pesos. Los de Víctor eran vendidos sin problemas, los de Gardel se elegían y el público por lo general se llevaba uno o dos. La plaza rosarina no daba para más. Gardel le contestó: «¿Sabés lo que hago? Rajarme y perderme un tiempo por Europa y de regreso me traigo algún éxito». En 1934, se establece en Buenos Aires, sus primeros tres amigos fueron Dante A. Linyera, Celedonio Flores y Luis Rubistein. Pronto se encuentra en un café con Antonio Molina quien dirigía un conjunto nativo de radioteatro, obras populares mechadas con canciones. Necesitaba un actor y cantor y allí marcha por dos meses a Radio Stentor, conoce a Nelly Omar esposa de Molina. Los hermanos Navarrine le toman la prueba ya que eran socios del director. Luego José González Castillo le propone un bolo en Radio Splendid, así va sacando el dinero necesario para mantenerse. Al año siguiente se presenta por un aviso publicado en un diario en el Teatro Odeón. Enrique Susini se aprontaba a dirigir una versión de Romeo y Julieta, consigue un pequeño papel, el del montesco Abraham. Luego, Las bodas de Fígaro, pero la paga es escasa y Molina lo requiere nuevamente para sus Cuadros argentinos, ahora en Radio Belgrano. Allí nace la amistad con el cantor Alfredo Lucero Palacios. Es por entonces que le presentan a un joven pianista, también rosarino, que viene para acompañar a la cancionista Fanny Loy, esposa del profesor de baile por correspondencia, Domingo Gaeta. Deciden formar un trío al estilo Irusta-Fugazot-Demare, quienes poco después, al separarse, le obsequian todo su repertorio. Se ofrecen en todas las radios sin buen resultado. La última que resta es Radio Prieto y allí su persistencia les permite actuar. Tienen buen reconocimiento. Tanto, que terminado el ciclo, le pide a José Razzano, también amigo, que interceda por ellos para conseguir otro trabajo. La recomendación es para Pablo Osvaldo Valle director de Radio El Mundo. Es 1937 y son contratados por dos meses a 3000 pesos, además les ofrece a los guitarristas estables de la emisora, los hermanos Puccio. Actuaron durante cinco años con el acompañamiento entre otros de los guitarreros Spina, Alberro, Edmundo Porteño Zaldivar y el pianista Juan Larenza. También se presentan con la orquesta de Alberto Gambino, son el trío que acompaña a La Mejicanita en sus iniciales presentaciones. La carrera de Lito continuó diversificándose en radioteatros, ciclos como recitador en clubes y peñas y con programas propios como Glosas del caminante, que estaba todos los días por Radio Splendid. De allí en más, su preocupación mayor fue su actividad en SADAIC, que incluso le permitió realizar varios viajes a Europa. En uno de ellos conoció a Carlos Vicente Geroni Flores, ya enfermo, que le entregó su último tango para que le ponga letra y le encomendó, como un legado póstumo, que trate que llegue al disco. Resultó “Flor de pena”, registrado por Eduardo Del Piano con la voz de Roberto Bayot. Desde 1939 y durante veinte años, lo ataca un nueva pasión, jugar a la pelota paleta, es en el club Oriente, de la calle Tucumán al 800. Filma dos películas nada trascendentes y por su amistad con Homero Manzi aparece junto a Hugo del Carril en Pobre mi madre querida, es la escena cuando en un circo se trenzan en una payada Hugo (haciendo de José Betinotti) y él, que con lentes para la ocasión, se transformó en Ambrosio Ríos. Sus presentaciones se tornan ocasionales, lo suyo es seguir creando cantidad de versos que se transforman en canciones. Alguna vez, dijo que fueron unas tres mil, pero solamente registró 1.020. No sólo tangos. Bien se puede afirmar que no hubo ritmo que se le escapara. Algunas de sus letras que llegaron al disco fueron: los tangos “Cuatro campanadas”, “Duelo criollo”, “Nueve de julio (Bayardo)”, “Mi cotorrito bohemio”, “Esta noche”, “Incertidumbre”, “Una vez”, “Mi flor de noche”, “Mi cotorrito”, “Dejame soñar”, “Con la otra”, “La canción”, “Tapado gris”, “Amar hasta morir”; las rancheras: “¿Qué hacés Patoruzú?”, “Ché vieja, pasá un mate”, “La mentirosa [b]”, “Mala racha”; las zambas: “Adiós amor”, “Rosario de Santa Fe” (zamba), “Hermano gaucho”, “Mama vieja”; el vals “Flores del alma”, entre muchos otros. Sus libros: Sueños azules (poemas), Tierra gaucha (poemas), Glosas del caminante (poemas), Los autores del recuerdo (apuntes en versos), Los pregones (poemas), Color del tiempo (relatos porteños), Mis cincuenta años con la canción argentina (autobiografía). Como cantor registró alrededor de 25 temas. A dúo con Lucero Palacios, con Osvaldo Moreno, con la Típica Víctor, con Mario Maurano y acompañado por la guitarra de Aníbal Arias, una docena de sus poemas.

miércoles, 1 de mayo de 2019

"EL POETA DEL SUBURBIO"

El poeta Evaristo Francisco Estanislao Carriego, conocido como Evaristo Carriego, nació en Paraná, provincia de Entre Ríos, Argentina, el 7 de mayo de 1883 y falleció en Buenos Aires el 13 de octubre de 1912. Escribió en diversas publicaciones de la época, como La Protesta, Papel y Tinta, Caras y Caretas, y otras. En ellas dio a conocer también sus poesías y cuentos breves. Publicó su primer libro de poemas, Misas herejes, en 1908 y su restante obra poética fue publicada después de su muerte con el título La canción del barrio. Carriego fue quien descubrió las posibilidades líricas del arrabal y de los arquetipos que constituirán su mitología personal y porteña, en la que destacan los guapos, los cafés, el barrio y los vecinos, con sus tristezas y sus alegrías, pintándonos toda una época, una geografía, un sentir humano. Obra que ha sido decisiva para la poesía porteñista posterior y para las letras de tango. Murió a causa de una peritonitis apendicular, según consta en certificado firmado por el Dr. Pedro Galli. Tenía 29 años. Fue el «poeta del suburbio», el «poeta de los humildes», el «poeta de Palermo». El 7 de mayo de 1975 se fundó la Asociación Amigos de la Casa de Evaristo Carriego, que presidió el pintor palermitano José María Mieravilla, a quien se debe, en gran parte, la conservación de dicha casa. Fue Presidente Honorario de esa entidad, a la que tuve el honor de pertenecer, el escritor Jorge Luis Borges.