" de chiquilín te miraba de afuera"
miércoles, 29 de junio de 2016
"DON ALFREDO"
nació en nuestra ciudad, en el barrio de Belgrano, si bien, nació viajando su madre en un tren que hacía el trayecto de Retiro a Olivos, en la línea del llamado en ese tiempo Ferro Carril del Norte.
Su vida de purrete la vivió como todos los niños proletarios de aquella época. Sí, a los 14 años comenzó la lucha diaria de ganarse su sustento. Trabajó en un corralón de maderas, mas también tenía vocación por la música y sus maestros de piano fueron Ángel Ratti y Brunetti Abnicari.
Bevilicqua tenía intuición musical por su espíritu superior, ya que llevaba en su alma sentimientos de grandezas telúricas y, con ese fundamento, creó un repertorio musical sin parangón en el tango.
Su primer tango lo realizó en 1902: “Venus”, y fue la apoteosis musical, ya que a partir de esa obra Don Alfredo comenzó el camino que lo llevaría al éxito total. Esta composición fue grabada por un conjunto dirigido por Bevilacqua y realizada en aquel sistema de cilindros.
También sentimos admiración por la partitura del tango “Venus”, dedicado «al amigo Amadeo Bonetti». Analizando el dibujo, el título dice: «Venus tango brillante para piano, impreso en la Casa Ortelli Hnos., Belgrano 2947, Bs. As.» Pensemos en el arte del dibujante. Parece paradójico que en aquella época todo estaba –incluido el arte gráfico- al servicio del sentimiento del tango, y por supuesto, al realismo de las acuarelas ciudadanas.
Bevilacqua cumplió tareas como ejecutante del piano, en varios centros musicales, especialmente en el teatro capitalino Pasatiempo y también en los bailes de María La vasca, lugar bravío del malevaje porteño.
Al llegar 1910, centenario de la Revolución de Mayo, y con banda de música estrenó su tango “Independencia”. Ese año fue el triunfo total de don Alfredo ya que cuando nos visitó Isabel de Borbón le regaló la partitura del tango antedicho, como testimonio de argentinidad hacia la Madre Patria.
También Bevilacqua ofreció al ministro chileno Cruchaga Tocornal el tango “Emancipación”, dedicado a la hermana República de Chile. Así era el maestro Bevilacqua, dedicaba sus mejores obras para testimoniar la grandeza del tango hacia otros pueblos.
Fue autor de muchos tangos: “Apolo”, lo publicó en 1903 y fue grabado por la banda Victor en 1905; en 1906 publicó “Minguito”, hermoso tango y, como corolario de su trayectoria autoral le dedicó al jockey Torterolo el tango “La gran muñeca”. Escribió además: “Recuerdos de La Pampa”, “Cabo cuarto”, “El fogón”, “Bar El Popular”, “Marconi”, “Primer junta”, “Expresión criolla”, “El orillero”, “Reconquista”, entre otros. Su último trabajo fue “Brisas del sur”, del año 1933.
La mayoría de ellos fueron grabados por rondallas y típicas del 1910. Por ejemplo: Juan Maglio, (Pacho) grabó varias de sus obras.
En sus últimos años trabajó como afinador musical.
Alfredo Bevilacqua no podrá ser olvidado por los tangueros argentinos y orientales, su figura fue de un valor incomparable, hacedor de nuestra telúrica popular. Falleció el 1 de julio de 1942, su deceso ocurrió en el hospital Italiano de Buenos Aires y, desde éstas páginas le decimos: Don Alfredo jamás lo olvidaremos, porque usted pertenece a la historia del tango.
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