" de chiquilín te miraba de afuera"

" de chiquilín te miraba de afuera"
cafe de Garcia

miércoles, 26 de febrero de 2020

"PANCHO"GORRINDO

Froilán Francisco Gorrindo nació en Quilmes (suburbio de la ciudad de Buenos Aires), el 5 de octubre de 1908, y allí transcurrió toda su vida. En un hogar de clase media, recibió influencias, educación y apoyo de unas tías maduras, además de su madre, ya que a muy corta edad perdió a su padre. Y sobre todo le fue inculcada una rígida conducta que asimiló en lo moral y en lo espiritual, puesto que en lo formal fue ganado por la calle, en donde si bien tomó rápida experiencia de vida, adquirió al mismo tiempo, el gusto por la bohemia y las calaveradas, hábitos y costumbres nocheras de las que no pudo desprenderse ni aún cuando formó su propio hogar. Alto, delgado, usaba invariablemente esos amplios moños oscuros, clásicos en los vates populares de aquellos años. Campechano, cordial, mezcla de orillero y hombre de asfalto, se desplazó cómodamente en los círculos del ambiente nocturno, con su habitual bonhomía, irradiando afecto y simpatía. Aunque sólo cursó estudios primarios eso no lo limitó a seguir su vocación por las letras, y su agudo instinto de observación y su rebeldía lo derivaron a la poesía, en la cual encontró el propicio campo de expresión para reaccionar y pronunciarse con acento profundo. En su mensaje hubo rigor y aspereza, pero además hondura y escepticismo. Hay distintas etapas de creación en la trayectoria autoral de Francisco Gorrindo. La primera corresponde a sus inicios, recién traspuestos los 20 años de edad. A esa época, un tanto indcisa y de aproximación a los grandes artistas del género, pertenece su primer tango "Perdón de muerta", con música del guitarrista Pablo Rodríguez, que alcanzaría la grabación inmediata en la voz de la esposa de éste, la cancionista Mercedes Simone, el 11 de febrero de 1931. De ese tiempo son también Miserere (con música de Miguel Padula), "Vida perra" (con Rafael Rossi), grabado por Francisco Canara en 1933, "Disfrazate hermano" (con Antonio Bonavena) y algunos otros títulos más que no alcanzaron a popularizarse. La segunda etapa -la más feliz y exitosa- comenzó en 1936 y se prolongó casi hasta el final de la década. Aunque algunas de esas letras pudieron haber sido gestadas antes, en espera de encontrar un compositor e intérprete indicado para proyectarlas. Recordemos también que en esa época contrajo matrimonio con Emma Lepanti, con la cual tuvo tres hijos. El inicio de esa etapa lo marca "Triste domingo", una traducción que hizo Gorrindo, junto al músico Julio Rosenberg, de la composición de Lazlo y Resco, canción de la cual dejó una bellísima versión Mercedes Simone. Casi simultáneamente se produce la aparición de "Las cuarenta", con música de Roberto Grela cantado por primera vez por Fernando Díaz en una gira por el interior del país y luego en Radio Belgrano de Buenos Aires y posteriormente fue cantado por Azucena Maizani en el Teatro Nacional. Enseguida es grabado por prestigiosos intérpretes: Charlo, la orquesta de Francisco Lomuto con el cantor Jorge Omar, Francisco Canaro con la voz de Roberto Maida y el excelente cantor Alberto Serna acompañado por las guitarras del compositor del tango, Roberto Grela. Con esta obra el nombre de Gorrindo alcanzó rápida y amplia popularidad, y los registros discográficos y la repercusión traspusieron nuestras fronteras. También a principios de 1937, Charlo le grabó otro hermoso tango titulado "Novia", con música de Francisco Rofrano. En estos versos no hay escepticismo, ni aspereza, ni rebeldía. Son de otra temática -la del amor y la esperanza- que también frecuentó con acierto. Por ese tiempo, ha conseguido Gorrindo un acercamiento a la orquesta de Juan D'Arienzo, cuyas actuaciones han alcanzado enorme popularidad. Se vinculó estrechamente a su director y a diversos músicos de la agrupación, desde donde dio a conocer muchos de sus tangos. Precisamente fue al Rey del Compás que Gorrindo le entregó la letra de su tango "Paciencia", D'Arienzo le compuso la música y lo grabó inmediatamente, con la voz de su cantor Enrique Carbel el 29 de octubre de 1937, logrando otro suceso. Más tarde lo volvería a grabar con las voces de Alberto Echagüe (en dos oportunidades) y Horacio Palma. Agustín Magaldi lo grabó en enero de 1938, unos meses antes de morir, dándole el espaldarazo definitivo al éxito. El año 1938 señalará para Pancho Gorrindo otro tramo exitoso de su carrera de autor. De salida, escribe un tango muy lindo, "Dejame ser así", con música de Enrique Rodríguez, quien lo grabó con su orquesta y el cantor Roberto Flores. El 28 de junio, siempre en 1938, Mercedes Simones le registra una hermosa canción, "Verano", con música de Joaquín Mauricio Mora. E inmediatamente otros tres impactos: "Gólgota", un hermoso tango musicalizado por el pianista Rodolfo Biagi, quien registró en el disco con la voz de Teófilo Ibáñez. Siempre en 1938, el mismo tango quedó impreso en otra placa discográfica, esta vez la de Francisco Lomuto cantando Jorge Omar. Y seguidamente la grabó un cantor de enorme popularidad en esos años, el rosarino Héctor Palacios. Después otro tango y otro éxito: "La bruja", con música del pianista Juan Polito, grabado por D'Arienzo con la voz de Alberto Echagüe. Angel Vargas registró esta misma obra poco tiempo después con guitarras. Al poco tiempo, otra muestra de su inspiración, "Ansiedad", un tango musicalizado por un bandoneonista de D'Arienzo, Domingo Moro. Y remató esta segunda etapa autoral, en 1939, con Mala suerte, tango con música de Francisco Lomuto, quien lo grabó inmediatamente con Jorge Omar. Luego lo cantará Charlo. De la misma época, es otro tango con D'Arienzo: "Dos guitas", quien lo grabó también con Alberto Echagüe. Del tercer período, de los años cuarenta en adelante, trascendieron pocos títulos. Uno de ellos es "La vida es corta", con música de Ricardo Tanturi quien lo llevó al disco con la voz de Alberto Castillo. Y mediando la década, otro tango muy importante: "Magdala", con música de su gran amigo Rodolfo Biagi. Grabado primero por D'Arienzo con Armando Laborde y después por el propio Biagi con Jorge Ortiz. Hay algunos otros títulos con letras de valor, pero insistimos, su mejor tiempo ya había pasado. Froilán Francisco Gorrindo vivió siempre en Quilmes, su vida transcurrió yendo y viniendo al centro de Buenos Aires, con noches y madrugadas de por medio, desgastándose en un casi cotidiano contacto con los ambientes de la música ciudadana y cumpliendo con su trabajo de empleado municipal. Murió de una penosa enfermedad el 2 de enero de 1963, pero sus versos, sus tangos y una calle de su amado Quilmes están reteniendo su recuerdo. En ellos regresa siempre Francisco Gorrindo: "Vieja calle de mi barrio / donde he dado el primer paso / vuelvo gastado el mazo / en inútil barajar."

martes, 17 de diciembre de 2019

"EL NIÑO DE LA TROUPE"

Arturo Gallucci Nombre real: Gallucci, Arturo Hércules Contrabajista, compositor y letrista (17 enero 1909 - 23 junio 1978) Su experiencia, forjada desde niño en la troupe de variedades Los Fregolini, dirigida por sus padres, Arturo Fregolini (nombre artístico) y Virginia Fachín, lo fue enriqueciendo en conocimientos musicales (aprendió a tocar la guitarra, el contrabajo y el pistón), así como dotándolo de una personalidad carismática, de inquietudes artísticas. Su carrera, ejemplifica la de muchos compositores que transitaron a pleno la generación del cuarenta, nutriendo casi anónimamente con sus obras el repertorio de las grandes orquestas típicas. Tanto las de rítmica expresión tradicional, como las de mayor evolución melódica y armónica. Siempre con un linaje milonguero, bailable y cantable, de amplia aceptación popular. Entabló desde joven relaciones con letristas, músicos y hombres de la radio y la noche. El Café El Águila, el Marzotto, el Petit Salón, fueron algunos de sus centros preferidos. En ellos entrecruzó su camino con Carlos Di Sarli, en cuyo círculo de bohemia trabó una fuerte amistad. Y en cuya escuela de romántico melodismo, asentó su veta compositora, captada además por otro forjador del cuarenta, Alfredo De Angelis. Trabajó sobre la escritura pianística, con la flexibilidad de adecuarse con sus colaboradores, facilitando el estilo de la mayoría de las orquestas y sus distintas voces. Precisamente, fue Di Sarli quien, en 1943, le dio el espaldarazo, grabando con su orquesta la milonga “Yo soy de San Telmo” y además, “Cómo se hace un tango”, ambos interpretados por Roberto Rufino. Di Sarli le llevó también al disco los tangos “Cero al as”, con la voz de Alberto Podestá; “Vieja luna” y “Cuando muere una esperanza”, con Jorge Durán; “Déjame hablar”, “Tengo un amigo” y “Tenía que suceder”, con Mario Pomar; “Fogón de huella”, con Roberto Florio; “Mala yerba” (vals) con Rodolfo Galé y “No me supiste amar”, con Horacio Casares. Casi paralelamente, Alfredo De Angelis, la estrella del Glostora Tango Club, le grabó “Cero al as” y “Mi novia de ayer”, ambos con Floreal Ruiz; “Sirva otra copa”, “Tenía que suceder”, “Cuatro líneas para el cielo”, el magistral “Vieja luna” y “Seis de enero”, los cuatro con Carlos Dante; “Adiós marinero”, con Julio Martel; “Guitarra de ausencia”, con Juan Carlos Godoy. En sus tradicionales dúos: “Cien guitarras”, con Carlos Dante y Julio Martel, “Amor de resero” y “Tropero soy” con Juan Carlos Godoy y Lalo Martel. Después de acompañar con guitarras a distintos cantores en audiciones radiales, recién en el año 1946 formó con el bandoneonista Alfredo Calabró el Quinteto Calabró-Gallucci, integrado por Calabró y Andrés Natale (bandoneones); Agustín Bardi [h] (piano); José Votti (violín) y Gallucci (contrabajo). El quinteto se disolvió sin grabar y al poco tiempo Gallucci dejó la ejecución profesional durante un largo período. Cuando el tango estaba en pleno declive, volvió a unirse con Calabró, para formar el Trio Calabró-Gallucci-Ranieri, este último su amigo, el guitarrista Lorenzo Ranieri. Animaron durante varias temporadas en la década del setenta, los espectáculos organizados por el restaurante El Mesón Español, ubicado en la Avenida Caseros. La calidad de sus composiciones no fue ajena a la Orquesta Típica de Astor Piazzolla, quién, en 1947, le grabó la milonga “Cargamento”, con una aceleración rítmica que, metafóricamente, podría sugerir el deseo de este músico de excelencia, por desbandarse de los concepciones orquestales imperantes. El tema, está excelentemente vocalizado por Aldo Campoamor. También, el marplatense le grabó “Adiós marinero”, a dúo entre Aldo Campoamor y Héctor Insúa. La grabación de “Adiós marinero” por la Orquesta Francini-Pontier, marca por vez primera el momento en que Alberto Podestá y Raúl Berón, registran en esa modalidad. También esta alineación grabó “Cuatro líneas para el cielo” y “El pecoso”, con Roberto Rufino; además del mencionado “Cargamento” y de “La culpa es mía”, con Raúl Berón y de “Tengo un amigo”, con Pablo Moreno. Osmar Maderna, con Orlando Verri, y Gabriel Clausi (Chula), en Chile y con Roberto Rufino, registraron “Pajarito viajero”. Entre los cantables de Alfredo Gobbi, se incluyen el vals “Aunque sea mujer”, con Carlos Almada; “Y no me supiste amar”, con Tito Landó y “El hijo cruel” con Alfredo Del Río. Las orquestas de Pedro Laurenz, con la voz de Jorge Linares; y de Edgardo Donato, con Pablo Lozano, su tema “Barrio tranquilo”. Ricardo Tanturi, con Enrique Campos grabó “Y siempre igual”, también registrado por Alberto Castillo con acompañamiento de Ángel Condercuri. Jorge Casal, en su paso deslumbrante con Florindo Sassone, reiteraría “Cien guitarras” y “Fogón de huella”. El mismo Sassone, con música propia y letra de Gallucci, “Un cuadro y una canción”. Por su parte, Lucio Demare, con Raúl Berón, y Armando Cupo, con Alberto Morán, ponen en sello “Cómo se hace un tango”. El tema “Frente al espejo”, califica entre las mejores interpretaciones de Tito Reyes, quién la registró con la Orquesta de Roberto Caló. Armando Pontier y Juan D’Arienzo, grabaron con Julio Sosa y Mario Bustos, respectivamente, “Esas cosas de la vida”. El Rey del compás llevó a su discografía “Volvés a mí” y “Mi novia de ayer”, ambos con Jorge Valdez. El campero “Fogón de huella” surcó las gargantas de Edmundo Rivero con Carlos Figari y de Roberto Goyeneche con Aníbal Troilo. “Cero al as” lo cantó Argentino Ledesma acompañado por Jorge Dragone. José Basso, con Roberto Florio, hizo “Un amor imposible”. Fulvio Salamanca, Enrique Campos con Calabró, Juan Sánchez Gorio, Domingo Federico, el Trío Yumba, la Orquesta Típica Gente de Tango con Alfredo Sáez, Omar Valente, entre otros, grabaron temas compuestos por este notable hacedor. En aquellas épocas de multiplicidad arrolladora del tango, la mayoría de los compositores e inclusive muchos autores, eran prácticamente ignorados, debido a la atracción ejercida por las primeras figuras: los grandes directores de orquesta, los cantores y los ejecutantes sobresalientes de algún instrumento.

"EL APACHE ARGENTINO"

Manuel Aróztegui Nombre real: Aróztegui, Manuel Gregorio Pianista y compositor (4 enero 1888 - 14 noviembre 1938) nacido en Montevideo el 4 de enero de 1888, fecha exacta proporcionada por su sobrino Bernardo, pianista, que manifestó además, exhibiendo documentos, que la ortografía del apellido es con “z” y no con “s”. En razón de que advertimos cierta generalizada confusión al respecto, entendemos haber aclarado el caso.«Su afición musical nació luego de oír a Pacho que, en esa época (1905), actuaba en un café sito en Thames y Guayanas (actual Niceto Vega). En 1912, acompañabo por Paulino Facciona (violín) y Manuel Firpo (bandoneón), actuó en el Café El Maratón (en Canning y Costa Rica). Un descomunal tiroteo concluyó con sus presentaciones al cabo de seis meses. Parece ser que el bandoneón atraía parroquianos belicosos. «El Capuchino, especie de cine-bar fue el nuevo escenario, ambiente más bien pacífico; su actuación allí se prolongó tres años. Su primer tango —“El apache argentino”—, se oyó allí por vez primera vez en 1913.» Hemos constatado la existencia de un segundo tango, también titulado “El apache argentino” cuyo autor es Celestino Reynoso Basavilbaso. Continuamos esta semblanza con las referencias que tuvo a bien brindarnos el ya citado señor Bernardo Aróztegui. Nos exhibió la partitura manuscrita original del tango “El Cachafaz”, fechada el 16 de octubre de 1913. Comprobamos que la misma se halla dedicada al actor Florencio Parravicini. Los autores Héctor y Luis Bates consignan lo siguiente al respecto: «... en el año 1913, época en que también apareció otro tango de Aróstegui (sic), “El Cachafaz”, dedicado al famoso bailarín Benito Bianquet, más conocido por el apodo que le sirvió a Manuel para bautizar su tango.» Volvamos al relato. Manuel Aróztegui era frecuentemente invitado a participar en reuniones familiares; allí brindaba verdaderos conciertos de piano con gran deleite de los concurrentes. Aquellas salas cinematográficas de la época del cine mudo, le contaron entre los pianistas que ilustraban las palpitantes secuencias de los films proyectados. Un músico amigo, Emilio Lozzia, le dedicó el tango “Manunguito”, con tal seudónimo le designaron afectuosamente los íntimos. En determinadas ocasiones dictó lecciones musicales a discípulos de ambos sexos. Aróztegui realizó la escritura musical del famoso vals “El aeroplano”, inolvidable composición de Pedro Datta. Su obra última, en colaboración con el poeta Luis Rubistein, se titula “Vengan muchachos”, escrito en el año 1934 y grabado por la orquesta de Julio De Caro. Algo alejado del quehacer musical, Aróztegui dedicóse posteriormente a la decoración de juguetes que luego correteaba. En 1936, un ataque de arteriosclerosis le paralizó el brazo y pierna derechos; disminuida su capacidad de movimientos marchaba con el auxilio de un bastón. Falleció de resultas de un síncope cardíaco en su domicilio del barrio La Paternal (Biarritz 1812).

viernes, 6 de diciembre de 2019

"PROTOTIPO DEL PORTEÑO"

Nombre real: Romero, Manuel Seudónimo/s: Julio Romero Letrista y autor teatral (21 septiembre 1891 - 3 octubre 1954) Lugar de nacimiento: Buenos Aires Argentina. Hijo de andaluces, nació en Buenos Aires el 21 de septiembre de 1891. Siendo un adolescente, comenzó su labor periodística en la revista Fray Mocho y en los diarios Crítica y Última Hora. Su personalidad era la del prototipo del porteño y por esa razón, el tango lo llevaba consigo, muy adentro. Al igual que Luis César Amadori el teatro lo ganó de inmediato, así como también las letras de tango. El éxito le llega rápido con el tango “El Taita del Arrabal”, con música del español José Padilla, creador de “La violetera” y “El relicario”. Al poco tiempo “Patotero sentimental”, que resultara una creación en la voz de Ignacio Corsini. Estudiante, y empleado después, en la Escuela de fogoneros de la Armada, vivió la siguiente situación que vale como anécdota. En oportunidad que un periodista y un fotógrafo de la prestigiosa revista Fray Mocho, visitaban la Escuela para realizar una nota, Romero se entromete con el fotógrafo indicándole los mejores ángulos para su trabajo. El periodista se molesta y le pregunta cuánto tiempo lleva en la Escuela. A lo que le contesta: «Diez años». El ofendido le espeta: «Yo llevo veinte de periodista, dedíquese al carbón que yo sé de lo mío». En eso un compañero se le acerca y lo llama por su nombre. El de la revista se sorprende y pregunta si tiene que ver con el que escribe en Fray Mocho. Ante la respuesta afirmativa el asombro de Félix Lima, el notero de marras, quien admiraba sus pinceladas porteñas, pero desconocía a su compañero de trabajo. Su primera pieza teatral data de 1919 con la colaboración de Ivo Pelay, se tituló Teatro breve, a la que siguieron unas ciento ochenta más. En 1922, estrenó la más recordada: El bailarín del cabaret, con la compañía de César Ratti, en la que Corsini se lució con “Patotero sentimental”. En 1923, viajó a Europa con Luis Bayón Herrera y de regreso puso en escena las nuevas ideas traídas de las revistas y los music hall que vio, siendo estos los géneros que lo ocuparon durante largo tiempo. A principios de 1931, actúa en Madrid con la compañía del teatro Sarmiento junto a Bayón Herrera. Debutan en el teatro Zarzuela y un mes más tarde en París en el teatro Palace. En ambos casos sin éxito. Pero en París coincide con Gardel y nace la idea de filmar una película. Escribe el argumento y las canciones para Luces de Buenos Aires, que dirige el chileno Adelqui Millar. Integran el elenco, entre otros, Gloria Guzmán Sofía Bozán, Pedro Quartucci y el conjunto de Julio De Caro. De vuelta en Buenos Aires se incorpora a la flamante productora Lumitón, con Enrique Telémaco Susini a la cabeza. Allí comienza su carrera en el cine a partir de Noches de Buenos Aires, de la que hizo el argumento y dirigió, que fuera estrenada en febrero de 1935. En ese film actuaron Tita Merello, Irma Córdoba, Enrique Serrano y Fernando Ochoa. En total suma 53 películas, todas de similares características. Argumentos sencillos y emotivos, que se desarrollan en un ambiente ciudadano. Los personajes típicos eran el galán pobre, la joven enamorada de buena posición económica, el tercero en discordia, un cajetilla cínico que pretende a la muchacha, una pareja de apoyo, amigos de uno u otro, siempre desempeñados por actores cómicos —Enrique Serrano, Tito Lusiardo o Sofía Bozán— y tangos, siempre tangos. Siempre una excusa para escucharlos. La misma fórmula a lo largo de toda su carrera. Filmaba rápidamente, sin mayor cuidado, con el solo afán de terminar y lograr un resultado. Pese a todo, y al rechazo de la crítica y del público selecto, Romero creó un estilo, muy apreciado por el espectador sencillo que sólo buscaba conocer a quienes escuchaba por la radio o veía en las revistas. Hoy a la distancia resulta, en realidad, el testimonio de toda una época, sin pretender la rigurosidad del documento, nos dejó una pintura, una acuarela de los diferentes sectores de la sociedad de los años 30 y 40. Además de dejarnos un verdadero documento, en lo que respecta a actores, cantores, actrices y cancionistas de cuerpo entero y no solamente a través del disco. Algunos de sus títulos e intérpretes más recordados fueron: El caballo del pueblo (1935), se destacó porque era la película que debía filmar Gardel a su regreso al país, finalmente sin cantores sirvió para el debut de Juan Carlos Thorry. Radio Bar, se estrenó el 10 de septiembre de 1936, con música de Alberto Soifer, intervinieron Alberto Vila y las hermanas Desmond. Los muchachos de antes no usaban gomina, del 31 de marzo de 1937, donde canta Hugo Del Carril. La vuelta de Rocha, del 8 de septiembre de 1937, donde actúan y cantan Hugo Del Carril y Mercedes Simone. Tres anclados en París (26/1/38), con el mismo cantor. La rubia del camino, del 6 de abril de 1938, con el actor Fernando Borel. Mujeres que trabajan, del 6 de julio de 1938, donde cantan Fernando Borel y Sabina Olmos. La vida es un tango, (8/2/1939) con Hugo Del Carril y Sabina Olmos. Divorcio en Montevideo (7/6/39) y Muchachas que estudian (6/9/1939) ambas con la cancionista Carmen Del Moral. Carnaval de antaño (17/4/40), con Charlo y Los muchachos se divierten, del 3 de julio de 1940, nuevamente Charlo y Sabina Olmos. Isabelita, del 31 de julio de 1940, con Juan Carlos Thorry, Sofía Bozán y Carmen Del Moral. En este film aparece el violinista Elvino Vardaro. Yo quiero ser bataclana, (30/4/41), posiblemente la mejor comedia del cine argentino, por la elaboración de los cuadros musicales, copia de los tradicionales en los filmes norteamericanos. Con un sencillo argumento romántico y con el excesivo protagonismo de Niní Marshall, indiscutida actriz cómica argentina, pero que en este caso resiente la continuidad de la historia. Actuaron Juan Carlos Thorry, Alicia Barrié, Sabina Olmos y la orquesta de Juan D'Arienzo. Adiós pampa mía, del 27 de diciembre de 1946, con el cantor de moda Alberto Castillo y su colega Alberto Vila en su despedida del cine y de la vida artística. El tango vuelve a París (16/1/48), con Alberto Castillo, Elvira Ríos y la presencia de Aníbal Troilo. Derecho viejo, del 4 de enero de 1951, donde se recrea con mucho de fantasía la vida de Eduardo Arolas. El hincha, del 13/4/1951, con un tema futbolístico donde se destaca la actuación como primer actor de Enrique Santos Discépolo, en un gran papel, luego de sus fracasos como director y como actor. Alguien dijo que a pesar de sus broncas era un tipo cálido, que se lo sentía amigo a pesar de su autoridad. Y que era un fenómeno de velocidad para escribir. También se dijo que necesitaba producir permanentemente, porque siempre estaba con poco dinero, jugaba mucho a la ruleta, a los caballos y a cualquier cosa. Una noche de urgencia, escribió de un tirón para el teatro La muchachada de a bordo, que no era una obra para ser premiada, pero que resultó un extraordinario éxito de boletería. Una noche estaban reunidos varios amigos después de una cena. Romero contaba el argumento de su próxima película que era igual a todas las anteriores, y cuando llegó el momento de relatar que la heroína es seducida y luego desdeñada por el malo, uno de los concurrentes dijo sin pensarlo: «Sí, y después canta un tango». Romero se ofendió y contestó en voz alta: «Sí, cantará un tango, porque yo lo siento así y así lo siente el pueblo para quien escribo y dirijo». Y esto era absolutamente cierto.

viernes, 29 de noviembre de 2019

"LA FLOR DE VILLA CRESPO"

Bernardo Francisca Seudónimo/s: La Flor de Villa Crespo Bandoneonista y compositora (1 mayo 1900 - 14 abril 1925) Hija de los inmigrantes españoles José María Bernardo y María Jiménez, a Francisca le esperaba un destino poco usual para una mujer de comienzos del siglo XX, un destino brillante a la vez que triste, si pensamos en su exitosa carrera y su muerte prematura. En 1915, siendo adolescente, comenzó a estudiar piano en el conservatorio junto a Catalina Torres, pero la vida quiso que Paquita tuviera como compañero de estudios a José Servidio y terminó cambiando el piano por el bandoneón. Se dedicó con ahínco al aprendizaje aplicando el método del gran músico y profesor Augusto Berto. Esta decisión de seguir su vocación nos hace meditar acerca de su carácter y su temple; una muchacha dispuesta a romper tabúes, derribar barreras, con tal de dar rienda suelta a su verdadera inclinación musical. Corrían tiempos difíciles, era una época en que la moral de una mujer podía ponerse en tela de juicio por actitudes como la descrita. Paquita tuvo que haber sido una mujer decidida y valiente, como sus contemporáneas Alfonsina Storni y Delmira Agustini lo fueron en el mundo de las letras. Siendo joven, llegó a dominar el bandoneón con maestría y se la vio acompañando a José Junnissi en funciones de beneficencia barriales. Hasta que llegó el día en que su fama llegó al centro. En 1921, tocaba en el Bar Domínguez, sito en Corrientes 1537, con su sexteto llamado Orquesta Paquita, junto a Osvaldo Pugliese, Elvino Vardaro, Alcides Palavecino, Miguel Loduca y Arturo Bernardo, su hermano. Todos jóvenes como ella. Allí estrenó su tango “Floreal” y como anécdota simpática recordemos que la policía se vio obligada a desviar el tránsito de la calle Corrientes hacia Paraná, debido a la gente que se agolpaba para escucharla. En 1923, participó en la Gran Fiesta del Tango organizada por la Sociedad de Compositores en el Teatro Coliseo; única mujer entre cien músicos. Es una lástima que no haya dejado ninguna grabación, pero a falta de discos conservamos su obra. Paquita fue una buena compositora y grandes artistas llevaron sus creaciones al disco. A modo de ejemplo podemos citar a Roberto Firpo, que le registró “Cachito”, y el máximo, Carlos Gardel le grabó dos composiciones: “La enmascarada”, con versos de Francisco García Jiménez y “Soñando”, con letra de Eugenio Cárdenas. Este último tema fue premiado en el primer concurso de tangos organizado en el Teatro Gran Splendid por las casas Odeon y Max Glucksman. Estuvo presente en la inauguración de Radio Cultura interpretando tangos, acompañada por el maestro José Tanga. Durante 1923 y 1924 siguió con su prolífica carrera actuando en los bares, La Paloma, Domínguez antes mencionado y, durante el verano, en La glorieta de Villa Crespo y en la terraza del Balneario Municipal. Los hermanos de la vecina orilla tuvieron la dicha de oírla tocar, en octubre de 1923, cuando estuvo en la Confitería 18 de julio, de Montevideo, ciudad donde compuso su vals “Divino cerro”. El 10 de diciembre de 1924 debutó en el teatro Smart con la compañía de Blanca Podestá como fin de fiesta, actuando hasta finales de febrero de 1925 con José Tanga, Manuel Vicente, Bartolo López, Miguel Le Duca, Arturo Bernardo, donde acompañó también al cantor Florindo Ferrario. Su público fiel estaba siempre a su lado y la seguía donde quiera que actuara, no conoció ni la decadencia ni el fracaso. Tampoco la vejez. Al igual que Alfonsina y Delmira, partió muy pronto, cuando todavía tenía mucho para darnos. Si bien la muerte les llegó a cada una en circunstancias diferentes —Delmira fue asesinada en un cuarto de hotel tras una cita, Alfonsina se entregó voluntariamente al mar y Paquita sucumbió frente a una enfermedad—, a las tres, el inesperado final les dio un halo especial a sus ya míticas figuras. Poco antes de cumplir los veinticinco años falleció en el barrio que la vio nacer: Villa Crespo. Su muerte no se debió a la tuberculosis como propagó la leyenda urbana, sino a un resfrío mal atendido que derivó en serias complicaciones.

martes, 26 de noviembre de 2019

Manuel Buzón Nombre real: Buzón, Manuel Pianista, cantor, director y compositor (18 diciembre 1904 - 14 julio 1954) Buzón nació, en el porteño barrio de Flores —Méndez de Andes 1831—, siendo sus padres Manuel y Dolores Moreno, ambos inmigrantes españoles. Cursó estudios primarios en el colegio anexo a la Parroquia de Nuestra Señora de Buenos Aires, dando muestras de su inclinación a la música y al canto, participando en la Scola Cantorum de la Iglesia. En 1915, el Club Social América organiza un espectáculo en el Cine Teatro Excelsior, donde el niño Manuel Buzón con una compañera interpreta con gran soltura y buenas dotes vocales El Dúo de los Paraguas. En el mismo espectáculo el niño Elvino Vardaro ejecuta en violín las fantasías Ballets. Repite en años posteriores actuaciones públicas, como la desarrollada en la Parroquia con motivo de los festejos del 25 de mayo de 1917, donde representa con gran repercusión el juguete cómico-musical La Risa. En 1922 como pianista integra un trío que cultiva música clásica. En 1924, año en que se recibe de profesor superior de piano y solfeo, ve desde la casa como se levantaban las antenas de la estación LOY Radio Nacional Flores en la calle Boyacá a metros de la Avenida Avellaneda. Esto lo obsesiona y concurre a la emisora a ofrecer su colaboración artística al señor Penella su dueño. Durante 1925, actúa en dicha emisora como pianista y cantor. En esa época actuaba en la estación con éxito la Orquesta Típica Ziccaro. En este mismo año también participa de un gran festival en el Cine Varela de la calle Varela 1136 en la que actúan todos los artistas de la LOY, entre los que figuraban el Trío Quiroga-Páez Aranda-Palacios que ejecutan piezas de guitarra y canto nacionales; el actor nacional Federico Mansilla que recita lo más selecto de su repertorio y la señorita Herminia Velich con los últimos tangos acompañada al piano por el profesor Rovelli. En octubre de este año, la orquesta Buzón acompaña a la señorita Rosita Quiroga en la grabación del sello Victor No. 79571, donde se escucha el tango “El último cariño” de A. Marengo y el tango “Calla corazón” del propio Buzón. A principios de 1926, la revista Reflejos resalta de Manuel Buzón, al margen de sus condiciones de chansonier, la calidad de las composiciones de su autoría, destacando sus tangos “Calla corazón”, “La maestrita” con letra de A. Martinelli Massa, “Acacia” y el shimmy “Gentil marquesita”. En julio de 1926, al cumplirse el segundo aniversario de la estación LOY, Manuel Buzón ocupa el cargo de secretario de la Dirección Artística de la Emisora, lo que no le impide actuar en la misma ya sea como cantor o al frente de la Orquesta Típica que integran los maestros Antonio Sureda, Francisco Gomara y Aurelio Ruiz. También actuaban en la emisora, presentados por el locutor correntino Lorenzo Vico Torrá, el campeón del fueye Ricardo Brignolo y la cantante de tango Elena Piana acompañada al piano por su hermano Sebastián Piana. En febrero de 1927 y cuando Buzón era Director Artístico de LOY, Jaime Yankelevich adquiere la emisora que luego sería Radio Belgrano. En este año Buzón estrena su hermoso tango “Cancionero” que canta primero Azucena Maizani y con el que luego Agustín Magaldi lograra una interpretación memorable. A principios de 1928, da a conocer su tango “Mediodía” con letra de Celedonio Flores. Este tango fue grabado en discos Victor por Alberto Vila, el notable imitador de Gardel en las presentaciones de la Troupe Ateniense de Montevideo. En mayo de 1928, Buzón debuta en el Cine Villa Crespo al frente de su orquesta, de la que es además de director, pianista y chansonier. Integran la orquesta como violinista Ventura Villar, en bandoneones Guillermo Lértora y Héctor Baldi y en contrabajo Agustín Furchi. En los comienzos de 1929, da a conocer su tango “Ufa qué secante”, donde incorpora cierta dosis de humor. El 29 de mayo de 1929, Buzón parte en el Conte Verde hacia España acompañado por una agrandada orquesta que integran: V. Villar y J. R. Rodríguez en violines; R. Gargiulo, H. Baldi y V. R. Fumagalli en bandoneones y F. Dal Molin en contrabajo. Lo acompaña también el cantor Oscar Carranza (del dúo Mendía-Carranza). La exitosa tournee de Buzón comienza desde su presentación en la Exposición Internacional de Barcelona y continúa en cada una de sus presentaciones en las distintas ciudades españolas que visita, como la presentación en el Palacio de Oriente ante los Reyes. La orquesta Buzón se presenta el 26 de agosto de 1929 en el Principal Palace de Barcelona, obteniendo un resonante triunfo interpretando: “El entrerriano”, “Pájaro azul” y “Cancionero”. Dado el éxito alcanzado y los contratos renovados, Buzón amplia su repertorio con nuevas piezas entre las que podemos mencionar: “Malevaje”, “Alma en pena”, “Mama yo quiero un novio”, “Piedad”, “La cumparsita”, “Alma tanguera”, “Cachadora”, “Duelo criollo”, “Vayan saliendo”. Los valses: “Cuando llegue el amor”, “Soledad”, “Ilusión”. Las zambas: “Por el camino”, “Tu corazón”. La tonada: “Las margaritas” y la milonga “Idilio campero”. Actúan también en el Teatro Cómico y en la Radio de Barcelona y graba en la casa Victor bajo la marca La Voz del Amo, la placa Nº AE 2810, con la zamba “La tupungatina” que cantan Buzón y Carranza y el tango “Cancionero” que canta Buzón. Graba también la placa AE 2811 con la tonada “Las margaritas” que cantan Buzón y Carranza y el tango “El entrerriano”, instrumental. En setiembre de 1929, se despide de Barcelona en el Principal Palace con un gran fin de fiesta. En octubre de 1929, debuta en la boite Maipú Pigall's de Madrid continuando su actuación en el Real Cinema. Ya en 1930 actúa en el Teatro Principal de Madrid, luego en el Central Cinema de Murcia, en el Central de Alicante y en el Café Central de Cartagena. Concluyendo su exitoso periplo inaugura el monumental Salón Moderno de la Exposición Internacional de Sevilla. En febrero de 1930, se embarca para Buenos Aires con alguno de sus integrantes. Pese al éxito obtenido en Europa y dada la situación económica de nuestro país a su regreso, no encuentra las condiciones para continuar en su exitosa carrera artística. Durante ese año se dedica a componer y da a conocer “Madrugada”, “Ojos negros” y “Tarde gris”; pero especialmente el tango “Bigotito” con letra de Ismael Aguilar y A. Martinelli Massa, que edita la editorial Perroti. Recién en agosto de 1930, debuta con su orquesta en el Teatro Rívoli de la calle Triunvirato de Villa Crespo. En febrero de 1931 inicia su actuación radial por las broadcastings LR2, LR9 y LS2 de la programación de Radio Prieto, pasando luego a Radio El Mundo. Se presenta asimismo en el Teatro Marconi de la calle Rivadavia 2230, con el chansonier Teófilo Ibañez, obteniendo ambos un gran éxito con la zamba “Por el camino”. Además de su labor radial, Manuel Buzón y su sexteto típico coreado se presenta todos los días en el Bar-Billares Río de la Plata, en Gaona 1114 esquina Parral. El 17 de agosto de 1931, el diario Jornada organiza un programa artístico frente a su sede de la Avenida de Mayo que retrasmite Radio Prieto, y que tiene por objeto entretener al público allí congregado para escuchar por megáfono el relato de la pelea de nuestro Torito Suárez con Rossi. Se inicia el acto con la presentación de la orquesta Buzón que interpreta los tangos “Buen amigo” y “El entrerriano”; luego el vals “La serenata de ayer” cantando Teófilo Ibañez y cierra su actuación con el tango “Bigotito” cantado por Osvaldo Moreno. En setiembre de 1931, debutó Buzón con su orquesta en la famosa audición auspiciada por el vino Toro de Radio Prieto. En el mismo programa actúan: Virginia Vera (La Reina de las Rancheras) y sus guitarristas hermanos Rodríguez, Amanda Ledesma con los guitarristas Canattaro y Pedretti, Teófilo Ibáñez con las guitarras de Barone, Barbieri y Lynch, Charlo con las guitarras de Besada, Alonso y Arrieta y el Trío humorístico Gedeón. En marzo de 1932, en el espectáculo El Tango Porteño que se ofrece en el Teatro Nacional y que versa sobre la historia de nuestra canción a través de su evolución musical, se presenta la orquesta de Manuel Buzón encarnando el tango de hoy (estamos en 1932). El tango de ayer, antes del bandoneón (así reza el afiche) esta representado por la orquesta de la Guardia Vieja organizada por Juan Carlos Bazán y compuesta por: Ernesto Ponzio, Enrique Saborido, José Luis Padula, Juan Carlos Bazán, Vicente Pecchi, E. J. Muñecas, A. Palavecino, Eusebio Aspiazú, E. Arbal, D. Pizarro y F. Polonio. En abril de 1932, actúa en LS4 Radio Porteña y LS9 La Voz del Aire. En mayo de este año ameniza en el Teatro Onrubia de la calle Victoria esquina San José, el primer gran sorteo de cupones de los cigarrillos Caranchos. En junio del mismo año, actúa en LR4 Radio Prieto en programas auspiciados por el vino Toro donde se presentan los lunes, miércoles y viernes compartiendo el programa con el dúo Gómez-Vila. Los martes, jueves y sábados compartían el programa Adhelma Falcón y el dúo Corrao Triay. En octubre de 1932, se inicia la Gran Programación radioteatral desde el Monumental, donde actúan: la orquesta de Buzón (con la incorporación de Alfredo Gobbi en el violín) y los cantores Osvaldo Moreno y Félix Gutiérrez; la orquesta típica Caló con su cantor Carlos Dante; Nelly Omar con los guitarristas Canattaro y Pedretti; la típica infantil Favero, cuatro precoces músicos y el niño cantor Enrique Santillán; el Trío Gedeón con sus parodias cómicas; Adhelma Falcón con los guitarristas Aguilar, Barbieri y Riverol; Mario Pardo su conjunto de guitarras y la pareja de baile Domínguez-Espeche; el cuarteto Cobián con Juan Carlos Cobián al piano; Ignacio Corsini y las guitarras de Pagés, Pesoa y Maciel y la orquesta de Julio De Caro con su cantor Rodríguez Lesende. La orquesta Buzón actúa en noviembre de 1932 en LR9 Radio Fénix y debuta en diciembre de ese año en el Cine familiar Villa Crespo de la calle Triunvirato 835 de esta ciudad. A principios de 1933, se realiza en el Luna Park un concurso para determinar los mejores tangos del año. El diario Crítica realizó el escrutinio en marzo de 1933 y la votación dio el siguiente resultado: primer premio (pesos 3.000) “El mareo” de Julio De Caro; segundo premio (pesos 1.000) “Octavio” de Octavio Portela Cantilo; tercer premio (estímulo) “Después hablamos” de Manuel Buzón; cuarto premio (estímulo) “El tábano” de Baliotti y Ginzo. La fiesta destinada a consagrar los ganadores se realizó en el Teatro Onrubia, donde también se realizó la primera semifinal de bailarines del Primer Campeonato Nacional de Tango con la participación de los campeones de Nueva Pompeya, Vélez Sársfield, Parque Patricios, Boca y Barracas. En marzo de 1934, actúa en Radio París y en diciembre de ese año incorpora al cantor Roberto Zheman. En 1935 debuta en LS9 La Voz del Aire con una gran orquesta integrada por los siguientes músicos: J. C. Horiasol, M. Fernández, D. Loria, A. Vázquez, J. Ferreyra, F. Mancini, A. Ruiz, A. Marraccini, J. Corleto y el cantor Roberto Delmar. La orquesta estrena el tango del maestro director “Viejo penar” y pasa a actuar en octubre en LS1 Radio Municipal, pero con el cantor Oscar Carranza. En 1936, actúa en LS10 Radio Callao y Radio Municipal. En junio incorpora como cantor a Amadeo Mandarino que venía desempeñándose en el Cuarteto Melodía. En 1937, siempre con Mandarino actúa en LR4 Radio Splendid y en Radio Rivadavia. En 1938, la orquesta Buzón actúa en los carnavales de los bancarios de Bahía Blanca. Manuel Buzón continúa su labor artística por el interior del país hasta que reaparece en 1942 por Radio El Mundo. Durante este año da a conocer la milonga “Mano brava” con letra de Enrique Cadícamo y el tango Al cerrar los ojos con letra de César Vedani. En 1943, continúa su labor en Radio El Mundo, presentándose en los años posteriores esporádicamente, como por ejemplo en los carnavales de 1947 en el Club Haedo Juniors de esa localidad. Entre los años 1942 y 1943, graba numerosas placas en discos Odeon. Manuel Buzón falleció el 14 de julio de 1954 dejando una página invalorable en la historia de nuestra música popular. Hizo del tango un culto y bregó aquí y en el exterior por difundir la esencia pura del tango argentino. Inspirado compositor, de gran aptitud evocativa, será recordado como uno de los eslabones que unió dos períodos inigualables de nuestra música ciudadana.

lunes, 25 de noviembre de 2019

"CANTOR SÍMBOLO DE LOS AÑOS 30"

Jorge Omar Nombre real: Ormaechea, Juan Manuel Cantor (10 marzo 1911 - 24 febrero 1998) Fue un típico cantante de los años treinta, con un fraseo melódico y delicado, muy afinado y de buena dicción. Apareció en momento donde surgían permanentemente grandes voces. Recordemos como ejemplo a Carlos Dante, Roberto Ray, Fernando Díaz, Roberto Maida, Carlos Lafuente, entre otros. Su carrera profesional se inicia a fines de 1930 en la radio como solista, acompañado por un dúo de guitarras, ya con su nombre artístico Jorge Omar. En una ocasión, es escuchado por el eximio bandoneonista y director Minotto Di Cicco, quien lo invita a participar como estribillista en sus grabaciones para el sello Columbia. En el año 1931 graban trece temas, destacándose “Taconeando” de Pedro Maffia y letra de José Horacio Staffolani y “Mil novecientos” de Edgardo Donato y Luis César Amadori. Ese mismo año colabora con la orquesta de sello, que estaba dirigida por Alberto Castellanos en media docena de registros, muy difíciles de conseguir. En 1932 hace una única grabación con la orquesta de Antonio Bonavena, el tango “Lunes” de José Luis Padula y Francisco García Jiménez, también en Columbia. Durante todo este tiempo, estuvo apadrinado por el gran músico del barrio de La Boca, Juan de Dios Filiberto, quien finalmente lo lleva a su orquesta para actuar en el teatro en el sainete Villa Crespo de Alberto Vacarezza. En dicha obra, Jorge Omar estrena el hermoso tango “Botines viejos” del propio Vacarezza y Filiberto. Era el año 1933 y pese al gran éxito que tuvo este tango, nunca lo grabó. En 1935 llegaría la gran oportunidad que lo lleva a su consagración definitiva , cuando se presenta a concursar por el lugar que iba a dejar el cantante Fernando Díaz en la orquesta de Francisco Lomuto. Lomuto y Canaro eran, comercialmente hablando, las orquestas más importantes de su época. El primero en la Victor y Pirincho en Odeón, eran los que más grababan y, por ende, muy codiciados por los vocalistas que veían la posibilidad de ser estrellas y prosperar económicamente. Por esa razón fueron muchos los participantes del concurso, y de ahí el mérito de Jorge que, en definitiva resultó el elegido. Así comienza la etapa de oro de su carrera artística, que durará ocho años, dejando en el disco ciento treinta y seis registros para el sello Victor. Resultaría una tarea ímproba un detalle de sus discos, pero rescato las versiones de “Arrepentido” de Rodolfo Sciammarella, “Esclavo”, de Joaquín Mora y José María Contursi, “Vendrás alguna vez” de Alfredo Malerba y Luis César Amadori y el vals “Gota de lluvia” de Félix Lipesker y Homero Manzi. También la versión con letra de “A la gran muñeca”, una de las pocas que existen cantadas. En 1939, vuelve Fernando Díaz a la orquesta y graban muchos temas en dúo: “El sol del veinticinco”, “Los granaderos de San Martín”, “Se han sentado las carretas”, “El día que te fuiste”, “Se necesita una estrella”, “El picaflor”, “El anzuelo”, entre otros. Interviene junto a la orquesta en el film Melgarejo, junto a consagrados actores como Florencio Parravicini y Mecha Ortiz. El teatro es otro de los escenarios que lo ve cantar junto a la gran orquesta de Lomuto. Actúan en El rey del tango y en 1942, en La mujer es peligrosa, donde hace de galán. Llega el año 1943 y termina su brillante ciclo con Francisco Lomuto para intentar nuevos rumbos, pero ya nada sería lo mismo. Su actuación en esta orquesta fue, sin lugar a dudas, su momento de gloria. En enero graba su último disco que de un lado tiene el tango “Ausencia gris” de Roberto Nievas Blanco y letra de Julio Jorge Nelson y en el acople, el vals “Catalina” de Rafael de León y Manuel López Quiroga. En su nueva etapa forma rubro con el otro cantor emblemático de Lomuto, Fernando Díaz y arman una orquesta que denominan Los Diablos Rojos, seguramente por su afición al equipo de fútbol Independiente de Avellaneda. Esta experiencia dura poco y nuestro cantor pasa a integrar la orquesta de José Tinelli. Continua después como solista acompañado por su propio conjunto y, poco a poco, se va perdiendo hasta abandonar en forma definitiva la actividad artística a fines de la década del cincuenta. Jorge Omar constituye otro caso típico del olvido injusto, de la deficiente transmisión de la cultura de los argentinos, de la mala difusión del tango y sus verdaderos creadores. Creo que el hecho de no haber tenido suerte en la gran movida tanguera que significó la década del cuarenta, puede ser una de las causas que opacó su recuerdo. Pero también la indiferencia de la industria discográfica y los difusores radiales que privilegiaron a mediados del cincuenta otro tipo de música.

"EL CANTOR DE LA VOZ CORTITA"

Lauga, Pedro José Cantor y letrista (27 mayo 1906 - 28 enero 1979) Fue un cantor de voz cortita pero de refinada musicalidad y fraseo intimista. De agradable personalidad y buen gusto, es considerado una de las voces que mejor se adaptó al estilo de Julio De Caro. Nació en el barrio de Almagro, allí nomás, a metros del límite del barrio de Balvanera, en la calle Virrey Liniers. Sus padres eran franceses, de un pueblo cerca de Los Pirineos. Era un niño cuando la familia se mudó a Villa Crespo, donde inició la escuela primaria. Heredó de su papá dos cualidades: la afición por el canto y la responsabilidad de hacerse de una carrera laboral. Se inició cantando en familia e ingresó, de muy joven, como empleado en el Estado que, en aquel tiempo, significaba seguridad económica y estabilidad hasta la jubilación. Pero sobrevino la crisis económica del año 30 y se quedó sin trabajo. Ya estaba casado y con un hijo. Entonces fue el momento. Si bien la paga era exigua, inesperadamente, se le presentó una oportunidad que le permitiría ganar unos pesos: cantar profesionalmente. Comenzó con el conjunto del pianista Pedro Vergez, ex integrante de la formación de Juan Bautista Guido, autor de los tangos: “Arlequín”, “El embretao”, “Humillación” y “Engrupida”, entre otros. Actuaron en varios locales y en el cine Real. En este último lugar, lo escuchó Julio De Caro, quien lo convenció para incorporarse a su orquesta. En su largo recorrido con De Caro, se destacan sus presentaciones en el Teatro San Martín, en los carnavales de 1930; en el palco del tango en el cine Real (había otros dos, para jazz y para música clásica); en los carnavales de 1931, en el Teatro Cervantes. También actuaron en las radios Excelsior y París y en la recién inaugurada Radio El Mundo (1935). Hicieron giras por el interior del país, Chile y Uruguay y, a fines de 1936, se presentaron en el escenario del Teatro Ópera, formando parte de un notable conjunto de estrellas de esa época. En 1932, volvió a emplearse en el Estado, —como funcionario de la secretaría privada de la Presidencia de la Nación, en el mandato de Agustín P. Justo—, esta vez, definitivamente, hasta su jubilación. En un reportaje realizado por la revista Radiolandia, el propio Lauga nos dice: «Lo que más me anima a continuar, ya que el tiempo no me sobra, es haber logrado identificarme tan íntimamente con la modalidad personal de Julio De Caro. Cuesta ponerse a tono con sus méritos, pero es un placer trabajar con él. Lo más interesante que tengo para contarles es que provengo de una familia de cantores y músicos. Mi abuela cantaba en la catedral de los Pirineos. Mi padre también fue cantor, en París. Un hermano ha sido chansonier de orquesta y en el resto de mi familia hay varios músicos, muchos de ellos muy buenos y conocidos. En estos cuatro o cinco años que estoy con De Caro he llegado a compenetrarme con su orientación. Y algo más. Me han propuesto muchas veces actuar como solista en distintas radios. No he aceptado, en principio porque no tengo la pretensión de triunfar espectacularmente y después, porque no quiero separarme de estos grandes muchachos que son mis compañeros.» La carrera junto al maestro se extendió a lo largo de siete años, con libertad para tener actuaciones por su cuenta y grabaciones con otros conjuntos. En materia de cine, el último estreno del año 1937 fue Murió el sargento Laprida, dirigida por Tito Davison. En ella intervino la orquesta con Pedro Lauga, quien canta “Fuego”, de Julio De Caro y Carlos de la Púa. Lo curioso fue, que cuando es llevado al disco, el 10 de marzo de 1938, la voz es de Luis Díaz porque Lauga ya estaba retirado. Con De Caro llevó al disco 18 temas, los primeros en 1929, para el sello Brunswick, los tangos “Recoveco”, de Luis D'Andrea con versos de S. Bozzano y “Solterona [b]”, de J. Barreiro y L .A. Zeballos. Los últimos de esta serie fueron para el sello Odeon, el 13 de diciembre de 1936: “Noche estrellada”, de Julio Rosenberg, “Aquel amor” y “Viña del Mar”, ambos de Julio De Caro y Mario Gomila. Con su hermano Juan, también estribillista, grabó en francés a dúo, “Dónde estás corazón”. También actuó y grabó con otras orquestas: con Luis Petrucelli, entre julio de 1930 y enero del año siguiente (11 registros); en 1930, con Pedro Maffia, un sólo tema: “Páginas muertas”. En 1931, hizo varias presentaciones con la orquesta de Armando Baliotti. Y en noviembre de 1935, grabó un disco con la Orquesta Victor Popular: “Illimani”, de Néstor Portacarrero (tango dedicado a Bolivia) y una cueca, “La pollita”, de Francisco Pracánico. El año 1942 fue ingrato para Pedro, pues sufrió un grave accidente en la ruta —regresando de Mar del Plata— y se lesionó la cadera quedando rengo. Tardó dos años en recuperarse. Cuando falleció vivía en el barrio de Agronomía.