" de chiquilín te miraba de afuera"

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cafe de Garcia

lunes, 25 de noviembre de 2019

"EL CANTOR DE LA VOZ CORTITA"

Lauga, Pedro José Cantor y letrista (27 mayo 1906 - 28 enero 1979) Fue un cantor de voz cortita pero de refinada musicalidad y fraseo intimista. De agradable personalidad y buen gusto, es considerado una de las voces que mejor se adaptó al estilo de Julio De Caro. Nació en el barrio de Almagro, allí nomás, a metros del límite del barrio de Balvanera, en la calle Virrey Liniers. Sus padres eran franceses, de un pueblo cerca de Los Pirineos. Era un niño cuando la familia se mudó a Villa Crespo, donde inició la escuela primaria. Heredó de su papá dos cualidades: la afición por el canto y la responsabilidad de hacerse de una carrera laboral. Se inició cantando en familia e ingresó, de muy joven, como empleado en el Estado que, en aquel tiempo, significaba seguridad económica y estabilidad hasta la jubilación. Pero sobrevino la crisis económica del año 30 y se quedó sin trabajo. Ya estaba casado y con un hijo. Entonces fue el momento. Si bien la paga era exigua, inesperadamente, se le presentó una oportunidad que le permitiría ganar unos pesos: cantar profesionalmente. Comenzó con el conjunto del pianista Pedro Vergez, ex integrante de la formación de Juan Bautista Guido, autor de los tangos: “Arlequín”, “El embretao”, “Humillación” y “Engrupida”, entre otros. Actuaron en varios locales y en el cine Real. En este último lugar, lo escuchó Julio De Caro, quien lo convenció para incorporarse a su orquesta. En su largo recorrido con De Caro, se destacan sus presentaciones en el Teatro San Martín, en los carnavales de 1930; en el palco del tango en el cine Real (había otros dos, para jazz y para música clásica); en los carnavales de 1931, en el Teatro Cervantes. También actuaron en las radios Excelsior y París y en la recién inaugurada Radio El Mundo (1935). Hicieron giras por el interior del país, Chile y Uruguay y, a fines de 1936, se presentaron en el escenario del Teatro Ópera, formando parte de un notable conjunto de estrellas de esa época. En 1932, volvió a emplearse en el Estado, —como funcionario de la secretaría privada de la Presidencia de la Nación, en el mandato de Agustín P. Justo—, esta vez, definitivamente, hasta su jubilación. En un reportaje realizado por la revista Radiolandia, el propio Lauga nos dice: «Lo que más me anima a continuar, ya que el tiempo no me sobra, es haber logrado identificarme tan íntimamente con la modalidad personal de Julio De Caro. Cuesta ponerse a tono con sus méritos, pero es un placer trabajar con él. Lo más interesante que tengo para contarles es que provengo de una familia de cantores y músicos. Mi abuela cantaba en la catedral de los Pirineos. Mi padre también fue cantor, en París. Un hermano ha sido chansonier de orquesta y en el resto de mi familia hay varios músicos, muchos de ellos muy buenos y conocidos. En estos cuatro o cinco años que estoy con De Caro he llegado a compenetrarme con su orientación. Y algo más. Me han propuesto muchas veces actuar como solista en distintas radios. No he aceptado, en principio porque no tengo la pretensión de triunfar espectacularmente y después, porque no quiero separarme de estos grandes muchachos que son mis compañeros.» La carrera junto al maestro se extendió a lo largo de siete años, con libertad para tener actuaciones por su cuenta y grabaciones con otros conjuntos. En materia de cine, el último estreno del año 1937 fue Murió el sargento Laprida, dirigida por Tito Davison. En ella intervino la orquesta con Pedro Lauga, quien canta “Fuego”, de Julio De Caro y Carlos de la Púa. Lo curioso fue, que cuando es llevado al disco, el 10 de marzo de 1938, la voz es de Luis Díaz porque Lauga ya estaba retirado. Con De Caro llevó al disco 18 temas, los primeros en 1929, para el sello Brunswick, los tangos “Recoveco”, de Luis D'Andrea con versos de S. Bozzano y “Solterona [b]”, de J. Barreiro y L .A. Zeballos. Los últimos de esta serie fueron para el sello Odeon, el 13 de diciembre de 1936: “Noche estrellada”, de Julio Rosenberg, “Aquel amor” y “Viña del Mar”, ambos de Julio De Caro y Mario Gomila. Con su hermano Juan, también estribillista, grabó en francés a dúo, “Dónde estás corazón”. También actuó y grabó con otras orquestas: con Luis Petrucelli, entre julio de 1930 y enero del año siguiente (11 registros); en 1930, con Pedro Maffia, un sólo tema: “Páginas muertas”. En 1931, hizo varias presentaciones con la orquesta de Armando Baliotti. Y en noviembre de 1935, grabó un disco con la Orquesta Victor Popular: “Illimani”, de Néstor Portacarrero (tango dedicado a Bolivia) y una cueca, “La pollita”, de Francisco Pracánico. El año 1942 fue ingrato para Pedro, pues sufrió un grave accidente en la ruta —regresando de Mar del Plata— y se lesionó la cadera quedando rengo. Tardó dos años en recuperarse. Cuando falleció vivía en el barrio de Agronomía.

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