" de chiquilín te miraba de afuera"
jueves, 11 de marzo de 2010
El violín de orodel tango
Alfredo Gobbi
Este eximio violinista nació el 14 de mayo del año 1912, en Paris, cuando sus padres se encontraban actuando conjuntamente con Ángel Villoldo como embajadores del Tango, mandados de Buenos Aires por las tiendas Gath y Chaves, como embajada cultural para hacer conocer nuestras raíces que dieron origen a esta expresión tan seductora que era el Tango. Su padrino de bautismo fue justamente Villoldo, apodado para ese entonces el padre del Tango criollo, autor de “El Choclo”. Alfredo Julio Floro Gobbi, tal su nombre completo fue compositor, violinista, arreglador, y director, siendo reconocido por sus pares como uno de los mejores cultores, por su sello romántico que daba con su violín cuando interpretaba el Tango. Sus grandes maestros referentes fueron Julio De Caro y Carlos Di Sarli, que aunque dispares en sus estilos, el amalgamaba los mismos, dándole a sus interpretaciones un bordoneo marcado que lo hacía distinto. Cuando sus padres deciden retornar de Europa por la prematura muerte de Villoldo; Alfredo tenía seis meses de edad, y se mudan a una casita de Villa Ortúzar. Para ayudar a sus viejos, teniendo apenas 10 años trabaja de canillita en una parada de diarios del barrio. Sus padres viendo las condiciones que tenía su hijo , les regalan un violín y lo inscriben en un conservatorio, para que aprenda los secretos de este difícil instrumento. Fue aventajado alumno de un gran maestro de nombre Natalio Carnini, y apenas tres años logró que con trece años, naciera en Alfredo esa motivación que lo impele a formar un trío con otros amigos, guitarra y bandoneón, para interpretar tangos. Este artista precoz animaba las reuniones sociales de la zona en que vivía. En un café de su barrio comienza a tocar tangos para los clientes a cambio de unas pocas monedas. Ofrece recitales de violín en un salón de la calle Sarmiento. Con 14 años ya demostraba un talento especial para tocar el violín, tratando de perfeccionarse escuchando los discos del sexteto de Julio De Caro. Su comunión con el Tango comienza cuando con apenas 15 años el director Luis Casanova lo incorpora como violinista profesional en su orquesta. Este perfeccionista del violín ingresa en el año 1927 a la agrupación de Juan Maglio (Pacho), que animan los bailes de carnaval del “Pabellón de las Rosas”, luego toca transitoriamente con Roberto Firpo, hasta que fue convocado por el bandoneonísta Carlos Tirigall, que actuaba en el café “El Germinal” . Posteriormente se incorpora a la orquesta del pianista Miguel Buzón, donde tuvo de compañero a Raúl Kaplún. En 1929 integra el conjunto de Anselmo Aieta, teniendo de compañero a otro notable violinista , Antonio Rodio. Para esos tiempos Gobbi, alterna como pianista en las matinée de un cine céntrico. En 1930 Alfredo forma un trío con un bandoneonísta llamado Domingo Triguero, y un pianista que con el tiempo sería uno de los mas finos interpretes en este instrumento, se trata de Orlando Goñi, apodado el Pulpo del Tango, logrando en 1937, ser uno de los pilares fundamentales, en la formación de una de las mas relevantes orquestas de nuestro medio, la de Aníbal Troilo.En ese año al disolverse el trío, se produce su memorable entrada al sexteto dirigido por Elvino Vardaro y Osvaldo Pugliese, donde además contaban con los bandoneonístas Miguel Jurado y un joven desconocido, Aníbal Troilo, contando como contrabajista a Luis Adesso. En 1931, aunque parezca increíble, este notable sexteto tuvo que disolverse por falta de trabajo. La llegada del cine sonoro, fue un boom entre los porteños que relegaron el gusto por las Orquestas Típicas y prefirieron esta novedad importada que los seducía y que venía acompañada de una música foránea ,como el Jazz que opacó temporariamente al Tango. Recordamos que una de las fuentes de trabajo de los músicos era ponerle fondo musical a las películas en los cines dado que las mismas eran mudas. No obstante Pugliese- Gobbi apuestan a continuar y arman su propio sexteto. En 1932 debido a la carencia laboral en nuestra capital, el flamante sexteto hizo una gira por el interior del país. Las cosas no salieron bien y cuando regresaron disolvieron el mismo. Pero la calidad interpretativa de estos músicos estudiosos buscando permanentemente evolucionar en el manejo de sus instrumentos, hicieron que los responsables de Radio Prieto, muy importante emisora de la época, les ofreciera al dúo Gobbi – Pugliese interpretaran tangos para los radioescuchas tangueros. Aunque parezca increíble a los avisadores no les conformaba lo que esta exquisita dupla interpretaba, y les levantaron el programa. Pero Gobbi no era de bajar la guardia, si bien eran tiempos difíciles, el aceptó el desafío y fue persistente, y vuelve a armar otro sexteto, conformado por Aníbal Troilo,José Goñi, (hermano de Orlando), Alfredo Calabró, Agustín Furchi,y Osvaldo Pugliese. Eran contratos cortos donde actuaban en café o cines, y la etapa del país en la década del 30 era muy crítica, mucha pobreza, falta de trabajo, mucha inestabilidad e incertidumbre entre los porteños. Nuevamente en el llano Alfredo, sin trabajo, se incorpora al conjunto del hermano de Pugliese, un violinista de nombre Alberto, donde si bien había poco trabajo, le permitía no tener discontinuidad laboral. En el año 1935, ingresa como primer violín al extraordinario conjunto de uno de los más grandes bandoneonístas que dio nuestra música popular, Pedro Laurenz. Este notable músico actuaba en los 36 Billares de la calle Corrientes al 1900, cuando Corrientes todavía era angosta. Su orquesta pisaba fuerte por la calidad de sus músicos y realmente era uno de los conjuntos predilectos de los porteños, por el virtuosisimo que ponían los mismos en cada interpretación. Al piano, Osvaldo Pugliese, los hermanos Armando y Alejandro Blasco conjuntamente con Laurenz en bandoneones, Gobbi conformaba el trío de violines junto a José Niezow y Sammy Friedenthal en violines, y como contrabajista Vicente Sciarreta. En 1937 se incorpora a Joaquín Do Reyes, pasando posteriormente con Armando Balliotti , estas orquestas trabajaban en distintos cabaret, y durante una temporada lo hicieron en el Novelty reducto muy elegante de la calle Esmeralda. Año 1941, Gobbi viaja al Uruguay y se convierte en primer violinista de Pintin Castellanos, (autor de La Puñalada), cuyo cantor era Enrique Campos, siendo tercer bandoneón, Donato Racciatti. En 1945, y gracias a los cambios operados en nuestro país, se produce el renacer en las expectativas del pueblo y esas esperanzas en lo laboral y económico, se nota positivamente en todo lo referente al tango, que gana espacios importantes en el corazón de los porteños como así también en los ciudadanos de toda nuestra patria. Es el comienzo de giras, contratos, en clubes, radios, tanto en capital como en el interior, sumado a las giras por el mundo. Nuestra música estaba en su mejor momento, era la década del 40, la etapa de Oro, como nunca mas se vivió. Gobbí retorna de Uruguay e ingresa al mundo de la Radio por la puerta grande, dado que primero lo contrata Radio Belgrano y luego Radio El Mundo, donde en los bailables de los días domingos era la gran figura del Tango. En 1947 la empresa grabadora R.C.A. Víctor lo contrata para que grabe y permanece haciéndolo durante diez años. Sus cantores para esa época eran Carlos Heredia y Hugo Soler. En 1948, fueron Pablo Lozano y Héctor Maciel 1949,Jorge Maciel y Ángel Díaz. En 1950, Héctor Coral y Jorge Maciel, en 1953, Carlos Almada y Jorge Maciel, año 1954, Jorge Maciel y Tito Landó, años 1955/56 , Alfredo del Rio y Tito Landó. Año 1957, Tito Landó, Mario Beltrán, y Carlos Yanel, año 1958, Alfredo del Río y Tito Landó. Cuando este gran maestro compuso sus obras cumbres como fueron: “El andariego” y “Camandulaje”, contó con la colaboración de otro grande como fue Ismael Spitalnij, este notable bandoneonísta y orquestador le puso las voces musicales que enriquecieron estas dos joyas de nuestro Tango. Para fines de 1950, la orquesta de Gobbi se conformaba con el como primer violín acompañándolo dos eximios violines como fueron Ariel Haroldo Gessaghi, y Eduardo Salgado, en bandoneones Mario Demarco, Luis Maggiolo, Osvaldo Piro, y Emilio Nurié, en piano Normando Lázzara y Osvaldo Monteleone en contrabajo.En 196 , volvían a ponerse dura las posibilidades laborales, dado a la permisividad de las autoridades gubernamentales de difundir música foránea, que atentaban sobre nuestra expresión cultural como eran el tango y el folklore. Esa medida que nos desprotegía abonó el terreno para que fuéramos invadidos por conjuntos híbridos de jóvenes que copiaban e imitaban a los interpretes extranjeros y desplazaron al tango y sus cultores a un segundo lugar, en el interés del público, especialmente de la juventud. Gobbi decide desarmar su conjunto por los costos y en cambio arma un quinteto para seguir luchando en un terreno hostil a nuestra música, dirigiendo desde el piano y tocando en una confitería de la calle Corrientes y Uruguay llamada Siglo XX. Allá por 1963 tocaba como solista de piano en la confitería El Olmo, del barrio del Once . En 1964, siendo muy joven aún, tenía apenas 54 años , se produce su lamentable desaparición. Buen músico, mejor amigo dejó en todos lo que lo conocieron el afecto y el reconocimiento a un grande. Rovira le dedicó su tango “El engobbiao”, Troilo, “Milonguero Triste”, Piazzolla, “Retrato de Gobbi”. Este violinista incomparable, supo aportar al tango un estilo propio con un matiz Decareano, que dejó su sello en todas sus interpretaciones, para disfrute de todos lo que aman “La mejor música del mundo el Tango” .
Oscar Mármol
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