" de chiquilín te miraba de afuera"
miércoles, 24 de febrero de 2010
El tango y el ejercito
En los comienzos del siglo XX, muchos músicos se inspiraron en el ejército y brindaron su homenaje a hechos del pasado que marcaron nuestra historia, a sus protagonistas o, simplemente, a las anécdotas de la vida militar o a sus amistades.
De las tantas partituras consultadas, privilegiamos las más antiguas, las anteriores a los años 20. Sin seguir un orden cronológico, citamos primero lo temas dedicados a los tres enfrentamientos del General San Martín en Chile, en su recorrido libertario.
"Chacabuco", tango de Carlos Hernani Macchi, dedicado "Al distinguido Dr. Gowland" y llevado al disco por el Cuarteto del Centenario. El autor, violinista y flautista, integró el cuarteto La Armonía junto al "Negro" Thompson (guitarra), Manuel Firpo (bandoneón) y José Bonano (violín). También estuvo en los conjuntos de Juan Maglio y de Domingo Santa Cruz. Fue gran amigo de Eduardo Arolas y, entre su obra podemos mencionar: "Sarita", "El reservado" y "Herminia". Falleció el 13 de julio de 1929. Este título hace referencia a la batalla librada el 12 de febrero de 1817, en la cuesta andina de ese nombre, donde San Martín derrotó a los españoles, conducidos por el General Maroto. Los estrategas la han considerado, para su tiempo, un modelo del arte militar.
"Cancha Rayada", tango de Alejandro Carlos Rolla. "Dedicado a los Sres. Luis A. Terragno y Ricardo B. Bergallo". El autor, fallecido el 6 de abril de 1925, fue violinista en la década del '10. Escribió un método de estudio primario de bandoneón, fue maestro de numerosos violinistas y compuso mucha obra, destacamos: "Bicarbonato", "Bocanegra", "De mi cosecha", "El barquinazo", "En punta" y "Plata vieja". A veces usaba el seudónimo Paul Frederik. El tango evoca la derrota ante los realistas, conducidos por el General Ordóñez, cerca de la ciudad de Talca.
"Maipo", tango de Eduardo Arolas, registrado por muchos intérpretes, data de 1918, al cumplirse el centenario de la batalla. Un crítico musical dijo: «Notas que erizan la piel. Melodía estremecedora. Dolor con orgullo». El combate fue muy sangriento, duró 6 horas y, a partir de esta victoria, se afianzó definitivamente, la libertad de Chile.
"Dos en línea", tango de Pedro Sofía (1890-1976). "A mis camaradas los conscriptos del 90 del Regimiento 2 de infantería de línea". Lo grabó el Cuarteto del Centenario. Este compositor, dedicado a la música de cámara, también hizo tangos: "Bordoneando", "Echale arroz a ese guiso", "El archivista", "El cabo Fels". Tuvo un conservatorio, fundó la biblioteca Esnaola y, durante 30 años, fue director de la Asociación Argentina de Música de Cámara.
"Cabo Cuarto", tango de Alfredo Bevilacqua. "Dedicado al Teniente Coronel de la Nación Domingo Cedeyra". La expresión alude al suboficial encargado de conducir al personal de guardia.
"El lampazo", tango de Hermes Peresini. "Dedicado al teniente Juan Fernández Otaño". Es el mismo autor de "Chela" y "Violetita".
"El recluta", tango de Arturo De Bassi. "A mis amigos Menéndez y Arturo Astudillo".
"El clarín", tango de Carlos Nasca, "El Gaucho Relámpago". "Dedicado al Teniente Coronel Fermín Barrera Pizarro". También compuso "¡Atención!". "Dedicado al Sr. D. Martín".
"Conscriptos", tango del pianista Pancho Nicolín. "Dedicado a los Señores Jorge Durán, Miguel Suárez, Virgilio Poggi y Raúl Quiroga". No hay otros datos destacables, salvo otro título, el tango "Tocalo más fuerte".
"Derecho al Cuatro", tango de Juan A. Buratore. "Dedicado a mis amigos Antonio Bozzolla y Rodolfo Parodi (hijo)". Al autor, no lo conocemos.
"Diana", tango de R. Mazzeo. "Dedicado al amigo Pedro Estillo". Tampoco hay datos del autor. Podría tratarse de Alfredo Rosario Mazzeo, quien fue violinista de Juan D'Arienzo y compositor de "Lamento", "Los 33 orientales" (homónimo del de Eduardo Pereyra que luego se convertiría en "La uruguayita Lucía"), y "La muchacha del tango", con letra de Luis Rubistein, entre otros. Falleció el 3 de agosto de 1954.
"R. 4 (Regimiento 4)", tango de Eusebio Severo Giorno, de 1913. "Dedicado a jefes y oficiales del R.4 de infantería". El autor figura entre los socios de SADAIC, en los años '40.
"El artillero", de Eduardo y Juan José Villegas. "Dedicado a la clase 1895 de la R. P. Montada". Llevado al disco por el Cuarteto del Centenario. Sólo Juan José figura en SADAIC, en 1941.
"Centinela alerta", tango de Arnaldo Barsanti (1889-1971). Fue director, compositor y autor teatral. Dirigió el Quinteto Polito en la grabación del tango "Chupadedo". Admiraba la música clásica, varias de sus composiciones llevan títulos de óperas: "Otello", "Rigoleto", "La traviata", "Trovatore" y de obras nacionales, es el caso de "Las de Barranco". También hizo "Anastasio, el Pollo". Fue cónsul en Alemania, antes de la segunda guerra mundial.
"Epopeyas (1810-1910)", tango de V. V. Guridi. Si más datos.
"6ta.del R2", este es el título primitivo del clásico tango "Inspiración", de Peregrino Paulos. "Dedicado a la sexta compañía del regimiento 2 de infantería". El título se lo sugirió su hermano, el pianista Niels Jorge Paulos (luego Nelson Jorge), en homenaje a sus compañeros del servicio militar. El tango fue conocido, en 1918, por la orquesta de Augusto Berto. Cuando lo graba Roberto Firpo, en 1922, ya tiene su título definitivo. No conocemos la partitura original. Tuvo numerosas versiones y fue Luis Rubistein quien le puso una letra que nada tiene que ver con la intención inicial. El primer cantor que lo grabó fue Agustín Magaldi. Paulos falleció el 21 de noviembre de 1921.
"Granaderos argentinos", lancero, de Miguel Sciutti. Desconocemos otra información.
"En la línea de fuego", de Alberto Rodríguez. "A mi querido amigo Hernando Sañudo". El autor nació en Tacuarembó, Uruguay, era bandoneonista y está considerado el maestro de Minotto Di Cicco. Vivió muchos años en Avellaneda. Integró las primeras formaciones de Osvaldo Fresedo, quien le registró once temas, entre los años 1925 y 1933. Entre ellos: "Acuarelas", "Flores", "Del pasado", "Percantina" y "Tus ojos".
"Sargento Cabral", tango de Manuel Campoamor. "Dedicado al distinguido señor Leopoldo Corretjer". Grabado por el Cuarteto del Centenario. Se trata de un homenaje al sargento correntino Juan Bautista Cabral, que el 3 de febrero de 1813, en el combate de San Lorenzo y, a costa de su vida, salvó al General San Martín que había quedado atrapado bajo su caballo.
"Curupaytí", tango de Augusto Berto. "Dedicado a mis amigos Luis Teisseire, José Fuster y Espinosa Nava". Era una localidad de la República del Paraguay, ubicada en la confluencia de los ríos Paraguay y Paraná. Allí, el 22 de septiembre de 1866, las fuerzas de la Triple Alianza al mando del General Mitre, con 20.000 hombres, atacaron a los paraguayos al mando del General José Eduardo Díaz, quien rechazó el ataque. Hubo 5.000 bajas.
"Reconquista", tango de Alfredo Bevilacqua. ""Dedicado al escribano Esteban Benza". Lo grabó el Cuarteto del Centenario. Buenos Aires sufrió la primera invasión inglesa el 27 de junio de 1806. Comandaba las tropas el Brigadier William Carr Beresford. Luego de dos semanas, cuando la ciudad ya estaba a punto de ser sometida, la resistencia criolla, bajo el mando de Santiago de Liniers, un francés al servicio de la corona española, logró reconquistarla. Los ingleses se rindieron el 12 de agosto.
"Tacuarí", de Juan Maglio "Pacho", fue grabado por el autor y, también, por el Cuarteto del Centenario. Evoca la heroica batalla del 19 de marzo de 1811, en Paraguay, donde el General Manuel Belgrano con un puñado de hombres y una gran astucia, logra hacer retroceder a 2.000 soldados del enemigo, para luego pactar con el comandante español una retirada digna, con intercambio de prisioneros.
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Juan D'arienzo , su trayectoria, cantores y grabaciones
El Rey del Compás
Juan D’Arienzo nació el 14 de Diciembre de 1900 en el porteño barrio de Balvanera, en la calle Hipólito Irigoyen y Virrey Cevallos.
Hijo de padres Italianos, de buen pasar económico, aspiraban que su hijo estudiara abogacía, pero a Juancito le gustaba la música y eso le traía discrepancias con su padre dado que el le decía que con la música, no tendría futuro.
Don Alberto D´ Arienzo era apoderado de importantes productores del agro, motivo por el cual el matrimonio no tenían apremios económicos y además viajaban regularmente a Europa, toda la familia, acompañando al padre en sus negocios.
El papá de Juancito tenía planes para el, quería que sea el continuador de su profesión, un destino comercial, próspero. Pero el chiquilín, amaba la música, y particularmente el Tango. Cuando ya mayor recordaba esos momentos de su infancia, se lamentaba porque su viejo no estaba para verlo triunfador.
Su madre, Amalia Amendola dedicada a su hogar, tuvo dos hijos mas, uno varón llamado Ernani y una mujer de nombre Josefina.
En el romántico matrimonio corría por la sangre la música, y todos los hijos heredaron esa vocación. Juan, violinista, Ernani, pianista, y Josefina pianista y soprano. Doña Amalia estimulaba a sus tres hijos a que sigan progresando y los mandaba al Conservatorio, comenzando Juan en el Mascagni para pasar posteriormente al Conservatorio Altiban-Pïazzini con los profesores Pane y Fassano.
Era buen alumno haciendo la primaria en el Colegio Cornelio Saavedra y el Bachillerato en el Nacional Mariano Moreno. No necesitaba trabajar, sin embargo por ser independiente se buscó trabajo y se empleó en dos firmas de la que su padre era apoderado.
Ingresó posteriormente en una importante tienda donde fue un vendedor consumado, forjándose una personalidad especial para los negocios. Esta experiencia con los años le sirvió para tener una sensibilidad especial para cerrar acuerdos y tener mucho éxito en todo lo que emprendiera como profesional en la música.
En Sarmiento y Cerrito había para esa época una casa de ventas de instrumentos, donde un joven como el, con inquietudes musicales, concurría a practicar en un piano con la autorización del dueño, ese adolescente se llamaba Ángel Domingo D’agostino también nacido como el, en el 1900 un 25 de Mayo.
Dio la casualidad que se conocieran en esa casa, sucedió que cuando Juancito acertó a pasar, vio al joven tocando el piano, entablaron una conversación y allí nació una amistad que duró para toda la vida. Fue tal la afinidad que D’agostino iba a la casa de D’arienzo y practicaban juntos.
Muy jóvenes aun con solo 15 años, en una agencia de colocaciones para artistas le ofrecen la oportunidad de integrar un conjunto juvenil que tocaba en el Jardín Zoológico los domingos por la tarde.
Cobraban 4 pesos por actuación, y duró muy poco la experiencia dado que después no les pagaban. En ese conjunto D’arienzo tocaba el violín y D’agostino el piano.
D´Arienzo para ese entonces vivía en la calle Pichincha 528 y continuaba sus estudios en el Conservatorio Mascagni, y comenzó a frecuentar la amistad de Basilio de Bassi ,tío del autor de El Caburé, este señor le presentó, en 1917, al músico y autor, Carlos Posadas un distinguido violinista, autor de El Tamango, Cordón de Oro, Retirao, el Biguá etc... quien al conocer que ese pibe tocaba el violín, lo tentó para que se incorpore a su conjunto que se encontraban actuando en el Teatro Avenida. Cultivaron una amistad muy profunda, y cuando se produce la repentina muerte de Posadas en 1918, cuando solamente tenía 33 años de edad, el joven D’arienzo quedó muy dolido, dado que el negro Posadas poseía formación académica y Juancito se nutrió de muchas de las enseñanzas profesionales que le transmitiera su amigo.
Año 1920 - Con su amigo Angel D´ Agostino arman un sexteto y comienzan a incursionar en el teatro, exactamente en la obra El Cabaret de Montmatre que habían puesto en escena Luis Arata, Tomás Simari y Eva Franco. Se trataba de un sainete donde el tango era llevado a escena con el baile de compadritos y era un complemento del dramatismo de la obra. Además acompañaban en sus actuaciones por toda la ciudad a famosos bailarines como por ejemplo La Portuguesa-Bernardo Undarz conocido mejor como “El Mocho”.
Año 1921 : Hace una experiencia tocando Jazz con su el violín en las salas cinematográficas con Eugenio Nóbile, un tanguero que con los años se volcaría al Jazz. Había mucho trabajo para los músicos que ponían las notas musicales a las películas mudas que se ofrecían en los cines.
Juancito, joven aún nunca fue un virtuoso del instrumento, y dado a la forma tan particular que tenía de tocar, le valió el mote de “El Grillo”.
En su etapa de músico de Jazz, también integra un conjunto donde el ejecutante del banjo, era nada menos que Lucio Demare.
Si bien en esos tiempos la música norteamericana pisaba fuerte, avalada por las películas mudas, y cada cine tenía sus músicos, hubo un propietario ( del cine Select ), que apostó nuevamente al Tango para que ese público especial que gustaba de nuestra música pudiera disfrutar de la misma.
Se formó la Orquesta Paramout, conformada por Juan D´ Arienzo,(Violín), Angel D´ Agostino,(Piano), los Bianchi , (dos hermanos) bandoneonistas, Alfredo Mazzeo (Violín), y José Puglisi ( bajo).
Cuando los hermanos Bianchi dejaron la orquesta, el propietario optó por despedirlos y en su lugar convocó a un solo músico, el bandoneonista Anselmo Aieta. D´ Arienzo y D´ Agostino se rearman y forman Los Ases del Tango y consiguen un contrato para actuar en el cine Hindú.
Año 1927 : D´ Agostino se separa y en su lugar ingresa Luis Visca, siendo los bandoneones Aieta y Navarro, en violines D´ Arienzo y Cuervo, y el bajo Alfredo Corletto.
Año 1928 : El grillo como lo llamaban sus amigos, era un intuitivo y sabía que había que ir buscando otros espacios, es por eso que sin descuidar el rumbo hace una experiencia con su socio Visca, en El Chantecler, porque acertadamente el veía que estos lugares donde se refugiaban los porteños en busca de copas y besos, el lugar era amenizado por algún piano , violín o bandoneón para matizar el lugar.(Esta percepción la almacenó en su memoria). Juan como se dijo, había sido formado en la escuela de su padre, en la organización y administración y el tenía un sueño germinando que era lograr tener su propia orquesta, para no tener patrón.(nada de socios como tuvo).
Año 1929 : Sucedió que Visca era el autor del tango “Compadrón” y debido al éxito fue invitado a España, por lo que Juan se acordó de un viejo camarada de la época del Jazz y nombra a Juan Carlos Howard. para cubrir el reemplazo. Fue tal la aceptación del conjunto armado por este intuitivo que fue D´ Aarienzo, que comienzan a recibir invitaciones para actuar en todos lados, recordando que el todavía hasta allí era músico y todavía no había agarrado la batuta. Era evidente que ya su ritmo tenía algo que seducía, que motivaba al baile. Incorpora a su primer cantor, Carlos Dante, quien graba su primer tema en 1928 titulado “Callejas Solo”. Francisco Fiorentino, era bandoneonista de su orquesta quien además cantaba y lo hacía muy bien, graba con Darienzo, ese mismo año, manteniendo la doble función de bandoneonista-estribillista.
Nace el director
El conjunto comenzaba a instalarse en el gusto de los porteños , y Juan decide apostar fuerte, guarda para siempre el violín y comenzar a dirigir desde la batuta, usando sus manos , y agitándolas (con reminiscencias por medio), como su viejo profesor de solfeo . Coincidió que para ese entonces venía la novedad que era el cine hablado, con banda de sonido, y eso significó para los músicos, un bajón impresionante en lo laboral y el trabajo empezó a mermar. Revoluciona el Tango
Año 1935 : Revoluciona el Tango, llega Rodolfo Biaggi Cuando D´Arienzo incorpora a este notable pianista, contaba con una de las alineaciones mas expresivas, y con ella debutó en Radio El Mundo, la integraban en bandoneones Juan José Visciglio, Domingo Moro, Faustino Taboada, Haroldo Ferrero y José Della Roca, en violines Alfredo Mazzeo, Domingo Mancuso, Francisco Manzini, y León Zibaico, al piano Rodolfo Biagi y el contrabajo de Rodolfo Duclós.
Biaggi imprime una mayor acentuación en los registros agudos del piano, que le dieron ese toque que sería la iniciación de un ritmo mas acentuado y que gustara tanto a los seguidores de este Director.
Después de tres años, en 1938, abandona Biaggi la Orquesta, para pasar a ser Director de su propia agrupación, y traslada literalmente el estilo, y acentúa mucho mas la función del piano.
Asume en la emergencia Juan Polito, pero había que incorporar urgentemente a un pianista de las mismas características, y entonces su amigo Juancito Diaz, le comenta que el tenía un primo que tocaba ese instrumento, y podría cumplir los requisitos que el exigía, pero vivía en la localidad de Las Varillas, Santa Fé, que se llamaba Fulvio Salamanca , Juan expeditivo no dudó, viaja a Santa Fé, y se encuentra con un joven que tendría no mas de 20 años, primero desconfió , pero una vez que le tomó una prueba le dijo; “... pibe si le interesa trabajar viaje a Buenos Aires que tendrá inmediatamente trabajo.
Otro de los instrumentos que se destacaban en la orquesta era el violín, siendo su primer violinista Cayetano Puglisi, que le daba un toque distinto con la cuarta cuerda con el acento grave y que fueron una característica de la Orquesta.
Año 1940 : Estuvieron en la orquesta, como puntales Cayetano Puglisi, y Fulvio Salamanca, en Violín y Piano. Salamanca permaneció hasta 1957 con D´Arienzo, época que se desvincula y forma su propia orquesta.
De ese árbol que fue la orquesta de D´Arienzo, salieron con el tiempo varias ramas, que si bien no lo imitaban eran continuadores de su ritmo brillante, por citar algunos diremos, Biagi, Varela, Tito Martín, Donato Racciatti, , y con el consentimiento de el Los Solistas de D´Arienzo, con Carlos Lázari, Milo Dojman, Normando Lázara, todos ex-integrantes ; Los Reyes del Compás, etc...
D´Arienzo generaba amor y odios, entre sus colegas y el público. Había provocado un cisma en el Tango, por un lado los que lo seguían apoyándolo, por otro lado los que no aceptaban esa forma de interpretar.
Juan D´Arienzo, no obstante fue un ídolo auténtico, podía ser discutible, pero también era una verdad que donde actuara la orquesta de Juan, el público quedaba en la calle, el público admiraba la vitalidad con que ese Director se entregaba cuando dirigió.
D´Arienzo no era un tipo fácil de tratar, odiaba los adulones, a los que el llamaba Plomos, y a sus colegas que no lo querían y que a veces hacían comentarios poco felices, el les contestaba produciendo mas éxitos con su Orquesta. e dolía cuando llegaba a sus oídos expresiones de colegas que el les tenía aprecio, y que comentaban peyorativamente “...eso no es Tango”.
En una oportunidad dijo en rueda de periodistas: “ Yo no inventé el Tango, yo siento el Tango así, a la manera antigua”. Tenía un carácter fuerte, pero era un buen tipo, fue querido y respetado. Cuestionado en la parte musical, aceptó las críticas, fue un luchador y nunca torció el rumbo que se había trazado. Los primeros defensores eran sus músicos, que sabían que siempre habría trabajo.
El comentó en cierta oportunidad en 1972 que calculaba que solamente de las distintas Cumparsitas grabadas por su orquesta, había vendido mas de 18 millones de placas.
Si bien tuvo grandes cantores en todas las épocas, sus iconos fueron Mauré, Echagüe, y Laborde.
El 14 de Enero de 1976 , a la edad de 76 años, fallece Juan D´Arienzo, el notable Director que creó una modalidad interpretativa que perdurará como la forma característica de un estilo.
Sus cantores
Carlos Dante: Grabó 28 temas
Raquel Notar : Grabó 3 temas
Francisco Fiorentino: Grabó 7 temas
Rafael Cisca No Grabó
Walter Cabral Grabó 4 temas
Mario Landi No Grabó
Enrique Carbel Grabó 1 tema
Alberto Echagüe Grabó 135 temas
Alberto Reinal Grabó 16 temas
Carlos Casares Grabó 3 temas
Héctor Mauré Grabó 50 temas
Juan Carlos Lamas Grabó 11 temas
Armando Laborde Grabó 136 temas
Rodolfo Lemos Grabó 7 temas
Mario Bustos Grabó 36 temas
Jorge Valdez Grabó 112 temas
Horacio Palma Grabó 36 temas
Héctor Millán Grabó 9 temas
Osvaldo Ramos Grabó 68 temas
Actuaciones Especiales
Libertad Lamarque Grabó 2 temas
Antonio Prieto Grabó 2 temas
Mercedes Serrano Grabó 2 temas
Orquesta para milongueros Di Sarli
Carlos Di Sarli
El Señor del Tango Pianista, director y compositor (7 de enero de 1903 – 12 de enero de 1960)
Nadie como él supo combinar la cadencia rítmica del tango con una estructura armónica, en apariencia sencilla, pero llena de matices y sutilezas.
No estuvo enrolado en ninguna de las dos vertientes de su época. No fue una orquesta tradicional, al estilo Firpo o Canaro. Tampoco un seguidor de la renovación decareana.
Di Sarli impuso un sello propio, un perfil musical diferente que se mantiene inalterable en toda su prolongada trayectoria.
En los comienzos, su sexteto nos revela la influencia de Osvaldo Fresedo. Y es cierto, opino que no hubiera habido un Di Sarli si no hubiese existido un Fresedo. Pero, sólo como antecedente necesario de un estilo que, con el tiempo, se convertiría en un modelo puro, de naturaleza propia y diferenciada.
Fue un pianista talentoso, quizás uno de los más importantes, que dirigió su orquesta desde el instrumento, con el que dominaba la sincronía y la ejecución del conjunto.
En su esquema orquestal no existían los solos de instrumentos, la fila de bandoneones cantaba por momentos la melodía, pero tenía un papel esencialmente rítmico y milonguero. Únicamente el violín se destacaba de un modo extremadamente delicado, en algún solo breve o en un contracanto.
El piano mandaba de una forma sugerente, con un bordoneo que se hizo marca registrada del maestro, encadenando los compases de la obra y acentuando un ritmo delicado y elegante, especial para la danza.
Milonguero viejo, el tango que dedicara a Fresedo, su referente y admirado amigo, es curiosamente el lapsus paradójico que retrata su propio modelo musical.
Siendo un niño comenzó a estudiar el piano, orientado a la música clásica. Pero a la edad de 13 años y, para disgusto de su profesor y su padre, emprendió una gira con una compañía de zarzuelas que recorrió varias provincias argentinas, tocando música popular y tangos.
Poco tiempo después debutó como solista en un biógrafo (cine) y en una confitería de la ciudad de Santa Rosa, provincia de La Pampa, ambos de propiedad de un amigo de la familia, Mario Manara un italiano como su padre.
En 1919 arma su primer orquesta para tocar en una confitería de su ciudad natal, Bahía Blanca, principio de su dilatada carrera artística.
En 1923 llega con su hermano Roque a la ciudad de Buenos Aires, allí se vincula con el músico Alberico Spatola, director de la banda de la policía de Buenos Aires y pariente de los Di Sarli, quien lo contacta con el bandoneonista Anselmo Aieta para integrar su conjunto.
Luego pasa a las filas de una formación muy popular que comandaba el violinista Juan Pedro Castillo, "el rey del pizzicato".
Integró también el trío de Alejandro Scarpino, el consagrado autor del tango Canaro en París, y acompañó en las grabaciones para el sello Electra a la actriz y cantante Olinda Bozán, prima hermana de Sofía.
Después debuta con un sexteto en el cabaret "Chantecler", pero duró poco tiempo a raíz de una pelea con el propietario. Eran épocas duras, había mucha competencia y era muy difícil conseguir trabajo.
A través del violinista José Pécora se vincula con Osvaldo Fresedo y actúa en su orquesta inaugurando el teatro Fénix del barrio de Flores.
A fines de 1927 forma su primer sexteto con José Pécora y David Abramsky, en los violines; César Ginzo y Tito Landó, en bandoneones y el contrabajo de Adolfo Kraus. Actuó en diferentes confiterías y al año siguiente firma su primer contrato con RCA-Victor, donde inicia su labor el 26 de noviembre de 1928.
En algunas de sus grabaciones contó con las voces de Santiago Devin, Ernesto Famá y Fernando Díaz, tres excelentes intérpretes a los cuales también acompañó en sus actuaciones radiales.
En esta etapa Di Sarli registró 48 temas, partiendo con los tangos T.B.C. (de Edgardo Donato) y La guitarrita (de Eduardo Arolas), para finalizar el 14 de agosto de 1931 con Una noche de garufa (de Arolas) y Maldita (de Antonio Rodio y Celedonio Flores) con la voz de Ernesto Famá.
En 1932 se incorpora a la orquesta Antonio Rodríguez Lesende quien fuera su primer cantor estable.
Pocos años después y por motivos no fehacientemente conocidos, se aleja de su orquesta y parte rumbo a Rosario, provincia de Santa Fe donde participa de un pequeño conjunto con el bandoneonista Juan Cambareri. Mientras tanto el sexteto continuó actuando sin Di Sarli pero manteniendo su nombre. Luego a raíz de las actuaciones en la confitería "Novelty" pasaría a llamarse Orquesta Novel. En 1935 es solicitado por sus ex compañeros para integrarse a esta formación, pero solamente para reemplazar al pianista Ricardo Canataro que estaba enfermo.
Recién a fines de 1938 comienza a organizar nuevamente su orquesta que debutará en Radio El Mundo en enero de 1939, conformada de la siguiente manera: piano y dirección Carlos Di Sarli; los violines de Roberto Guisado, Ángel Goicoechea y Adolfo Pérez; en bandoneones Roberto Gyanitelli, Domingo Sánchez y Roberto Mititieri; y Domingo Capurro en el contrabajo; el cantor era Ignacio Murillo, luego reemplazado por Roberto Rufino.
E1 11 de diciembre de 1939 vuelve a los estudios de grabación en el sello Victor, con los tangos Corazón (de su autoría, con letra de Héctor Marcó), cantado por Roberto Rufino y El retirado (de Carlos Posadas).
Es su etapa de gloria, el rubro Di Sarli-Rufino constituye una página de oro de nuestro tango. Su registro de Tristeza marina (de José Dames y Horacio Sanguinetti) es formidable. Luego se incorporarán sucesivamente los cantores Carlos Acuña, por muy breve tiempo, Alberto Podestá, Jorge Durán y Oscar Serpa.
El éxito de Di Sarli es apoteósico y genera una adhesión popular que no lo abandonara hasta su muerte. Pese a ser un músico fogueado en la década anterior, los años cuarenta lo encuentran en la plenitud de su arte como director y compositor.
A partir de 1949 Di Sarli se retira nuevamente por razones comerciales, para volver recién en 1951.
Graba para el sello Music Hall desde noviembre de 1951 hasta abril de 1953 dejando registrados 84 temas y contando con las voces de Oscar Serpa y Mario Pomar.
En junio de 1954 retorna al sello Victor, hasta 1958 siendo sus vocalistas Mario Pomar, Oscar Serpa, Argentino Ledesma, Rodolfo Galé, Roberto Florio y el regreso de Jorge Durán.
Sus últimos registros discográficos, 14 en total, fueron para el sello Philips en el año 1958 y sus cantores fueron Horacio Casares y Jorge Durán.
El primer tango que compuso fue Meditación allá por 1919, pero nunca lo grabó. Del resto de su obra se destacan sin duda, Milonguero viejo, Bahía Blanca, Nido gaucho (con letra de Héctor Marcó), Verdemar (con letra de José María Contursi) y Otra vez carnaval (con letra de Francisco García Jiménez), verdaderas joyas del género.
El Señor del Tango fue absolutamente respetuoso de la melodía y el espíritu de los compositores de su repertorio, adornando de matices y sutiles detalles la instrumentación orquestal, apartándose de la falsa contradicción que existía entre el tango evocativo tradicional y la corriente vanguardista.
Carlos Di Sarli fue la pieza final del rompecabezas del tango del '40, que no hizo concesiones a las estridencias, ni a las extravagancias rítmicas y que, sin embargo representó con extrema delicadeza, el paradigma interpretativo del tango milonguero
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