" de chiquilín te miraba de afuera"

" de chiquilín te miraba de afuera"
cafe de Garcia

sábado, 30 de agosto de 2014

EL ROSARINO LAMAS

Juan Carlos Lamas Nombre Real(Rafael Velázquez)Cantor, ActorNace en la ciudad de Rosario (Pcia. de Santa Fe) el 13 de octubre de 1921 . Debuta en Buenos Aires en el año 1942 con la orquesta de Juan D’Arienzo en el cabaret Chantecler. (Dejando en total 11 registros). En 1946 actúa en México durante un año, luego Cuba, España, Italia y a su regreso a la Argentina en 1957 inicia sus actuaciones cinematograficas dejando el canto.Consiguió rápidamente trabajo en nuestro cine y llegó a participar en 25 películas, haciendo papeles secundarios y generalmente de hombre recio. Pero en algunas como en: Procesado 1040, su trabajo fue muy elogiado por la crítica. Fallece el 27 de Julio del 2004.

jueves, 28 de agosto de 2014

EL TANO GENARO

Espósito, Genaro Ricardo Bandoneonista, guitarrista, pianista, compositor y director (17 de febrero de 1886 - 24 de enero de 1944) El Tano Genaro, cuando aún no tenía sólidos conocimientos musicales, fue maestro de dos grandes bandoneonistas: Anselmo Aieta y Ricardo Luis Brignolo. «El Tano Genaro representa el despertar de la zurda de los fueyeros guardaviejistas, junto a El Alemán Bernstein, que tenía un notable dominio de ambas manos», nos dice Oscar Zucchi en su libro El Tango. El Bandoneón y sus Intérpretes. Su primer conjunto, con el violín de Federico Lafemina y la guitarra de Torres, data de 1908, y lo formó para tocar en reuniones barriales. Dos años más tarde, debutó en el café La Marina, de Suárez y Necochea em el pintoresco barrio de la Boca, integrando un trío con el violín de Agustín Bardi -(El Chino)-, y la guitarra de José Camarano, (El Tuerto). En 1911, pasó a un café de San Telmo, reemplazando a Bardi por Enrique Muñecas. Con los mismos músicos actuó en La Buseca de Avellaneda (suburbio de Buenos Aires), para volver a La Marina en 1912, esta vez con Alcides Palavecino en violín y Harold Philips en piano. Ese mismo año fue contratado por el sello Victor para grabar con un conjunto integrado por bandoneón, violín, guitarra y clarinete, bajo el rubro Orquesta Típica Gennaro Espósito, no se conocen el nombre de los integrantes. Su primera grabación fue el tango "Ya vengo", de Julián Robledo. En el acople del disco, nº 63712, está el vals "Las violetas", primer registro también, de Ignacio Corsini. Continuó su labor discográfica en los sellos Columbia Record, ERA y Atlanta. En Columbia con la participación de Tito Rcatagliatta en violín y Roberto Firpo en piano; en ERA grabó con Julio Doutry (violín), José Fuster (flauta) y José Camarano (guitarra); y en Atlanta con Pedro Vicente Festa (violín), Echeverri (flauta) y otra vez Camarano. Cambiando siempre de ejecutantes, se presentó en el Palais de Glace con Vicente Pepe en violín, Vicente Pecci en flauta y Guillermo Saborido en guitarra. Luego, para actuar en cafés de la Boca, convocó a Ernesto Zambonini (violín) y a Juan Carlos Cobián (piano). Después de realizar una exitosa gira por las provincias de Córdoba y Tucumán, volvió en 1918 a Buenos Aires para actuar en el Teatro Roma, con su hermano Carlitos corno segundo bandoneón, Alcides Palavecino en violín y Vicente Gorrese (Kalisay), en piano. Con ellos y con otros elementos registró para el sello Telephone sus últimas seis grabaciones en la Argentina. En 1919, pasó a integrar la orquesta de Eduardo Arolas en la ciudad de Montevideo y fue figura de atracción en el café Zunino de esa ciudad. Estas fueron sus últimas actuaciones en Sudamérica. El año clave en la carrera de El Tano Genaro fue 1920, porque partió rumbo a Marsella, en un barco de carga, junto al bandoneonista Manuel Pizarro y al violinista francés Víctor Jachia. El Tano y Pizarro tocaron puerto francés el 6 de agosto de ese año, pero solos, ya que Jachia murió en la travesía. Tras una corta actuación en Marsella, viajaron a París, en 1921, donde la orquesta Genaro-Pizarro fue contratada para actuar en los dancings Fontaine y Pavillon Dauphine y estaba integrada por los músicos Güerino Filipotto y Celestino Ferrer, los demás eran franceses. El conjunto se disolvió cuando Pizarro regresó por una temporada a Buenos Aires en 1922. Genaro Espósito siguió actuando en Europa con mucho éxito hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939, con su Orchestre Argentine Genaro Espósito, presentándose en locales de fama internacional como El Garrón, Le parroquete y en el foyer del Casino de París. También en grabó discos en Francia, para los sellos Columbia (entre 1924 y 1927), Fotosonor (1931), Decca (1935), M.A.X.S.A. y Gramophone (1931). Su obra autoral es extensa. Entre sus tangos más representativos se encuentran: "La percanta", "Receta médica", "Bijou", "La montura", "Eulogia (Los de la banda)", "Manuel Lema", "Juan José", "Mon petit Claude", "El crack Larrea", "Pare la música", "El goruta", "Don Machado", "La Cubanita", "El manantial", "Conflicto", "La pelada" y "Mi negra". Los valses: "Pienso en ti sin cesar", "Amor desesperado", "La flor del pago", entre otros y la polca "La cantinera". Falleció en París, en pleno conflicto bélico. «Fue, sin duda alguna», nos dice Zucchi, «uno de los más grandes propulsores del tango en Europa... a quien se debe, en buena medida, el auge que nuestro tango alcanzara en el viejo continente

sábado, 23 de agosto de 2014

UN TANGO BIEN HELADO

El 22 de agosto de 1918 la nieve se plantó en Buenos Aires. Ese día habían acudido al hipódromo de La Plata el pianista Agustín Bardi, "El Chino", y sus amigos Francisco Castello y Pedro Fiorito. Luego de la carrera, el trío se demoró cenando en una parrilla y emprendió el viaje de regreso en el mismo Ford a bigote en que habían ido, propiedad del último de los nombrados.//1273// Quiso la suerte, o la mala suerte para hablar con mayor propiedad, que el vehículo se les descompusiera a la altura del Parque Pereyra Iraola. Hallar por aquellos parajes un taller mecánico era cosa imposible. Como si fuera poco, en ese mismo momento o quizás un poco antes, ¡la inesperada nevada! Ver caer la nieve sobre Buenos Aires es algo así como haber sido testigo del descubrimiento de América por Cristóbal Colón. De modo que aquellos viajeros deberían estar entre deslumbrados por el inusitado espectáculo y, a la vez, molestos por el frío y el automóvil que no mostraba la mínima voluntad por volver a arrancar. Bardi pudo haber experimentado cualquiera de las dos sensaciones o acaso ninguna, ya que estaba completamente abstraído, tarareando las notas de un tango que se le acababa de ocurrir. La inspiración suele llegar cuando se le antoja y, a veces, no en el momento más propicio para crear una obra de arte. Pero así son las cosas. La segunda parte de la historia ocurrió ya superado -no sabemos cómo, pero de alguna manera-, el inconveniente. Bardi se encuentra, poco tiempo después, con su amigo y colega Eduardo Arolas, en el café T.V.O. del barrio de Barracas. Allí le narró al "Tigre del Bandoneón" lo ocurrido durante la nevada camino a la Capital, sin excluir el detalle del nuevo tango que se le había ocurrido y que aún no le había encontrado título. Ni lerdo ni perezoso, Arolas lo halló y resultó sumamente apropiado: «Ponele "¡Qué noche!", Chino.»

EL CANTOR SIN NOMBRE

Armando Laborde Nombre real José Atilio Dattoli Nacimiento 27 de abril de 1922 Origen Palermo, Buenos Aires Muerte 12 de diciembre de 1996 (74 años) Todo esto transcurría pocos días antes del viaje que D'Arienzo tenía proyectado al Uruguay para la temporada en el lujoso Hotel Carrasco de Montevideo. Respecto a esta gira Laborde, comentó: «Allí empezaron las notas periodísticas, todos querían saber quién era el nuevo cantor de D'Arienzo. Entre tantas preguntas, una metida de pata, fue cuando me preguntaron qué orquesta me gustaba y yo respondí "la de Aníbal Troilo". A la noche D'Arienzo casi me mata y me gritó "a usted la única orquesta que le gusta es D'Arienzo".» Otra anécdota interesante fue la de su nombre artístico: «Fui por varios días "el cantor sin nombre". A veces me ponía uno y al día siguiente lo cambiaba. Pero a raíz de mis grabaciones en Buenos Aires, el sello discográfico exigía un nombre definitivo para la etiqueta del disco, entonces ocurrió lo increíble. Una noche que regresábamos en el ómnibus, desde el Hotel Carrasco al centro de Montevideo, a D'Arienzo se le ocurre preguntarle al conductor cómo se llamaba: "¿Yo señor D'Arienzo?" "¡Sí, usted!". Con ese vozarrón tan ronco, tan suyo. "Yo me llamo Armando Laborde." "Ya está, ese es tu nombre." «Y así nació mi nombre artístico.» Volviendo a su discografía junto a D'Arienzo con quien grabó 145 temas quiero destacar "Con alma de tango", de D'Arienzo y Carlos Waiss, "Desde aquella noche", de Fulvio Salamanca y Carlos Bahr, y "Una y mil noches", de Alberto San Miguel, Oreste Cufaro y Carlos Bahr. Todos de la primera etapa con el maestro. Luego continúa con Héctor Varela con quien graba 24 temas, de los cuales sobresale "Noches de cabaret", de Alberto San Miguel y Antonio Fiasche. En 1952, vuelve a la orquesta de D'Arienzo con un éxito entre otros: "El vino triste", de D'Arienzo y Manuel Romero. En 1957, forma un rubro con el cantor Alberto Echagüe secundados por la orquesta dirigida por Alberto Di Paulo, grabando cuatro temas, y en 1959 regresa con Héctor Varela. En 1964, retorna por segunda vez a la orquesta de D'Arienzo, en la que permanece hasta 1974, grabando uno de sus máximos éxitos, "Yuyo brujo", de Héctor Vrela, Benjamín García y Carlos Waiss. Sin duda, Armando Laborde fue un cantor admirado por los degustadores del mejor tango, su éxito se emparentó con el de D'Arienzo, pero paradójicamente, sus dotes artísticas no fueron aprovechadas en la medida de sus merecimientos.

viernes, 15 de agosto de 2014

EL CHATO FLORES

Cantor y compositor, Roberto Flores fue un descubrimiento de Enrique Rodríguez, quien puso todo su armado musical para darle marco apropiado a los versos de Cadícamo. Incluso un fondo de coro contrarrestaba las veleidades de quien se jactaba de sobrarle mujeres. Así dice la segunda estrofa: Me gustan todas. / (coro) Le gustan todas./ Que voy a hacerle si soy picaflor.../ Rubias... Morenas.../ (coro) Tiene centenas.../ Tengo un surtido de todo color.../ Tengo mil novias. / (coro) Tiene mil novias./ De los amores yo soy el campeón./ Muchas novias hermosas yo tengo./ (coro) Él las tiene en la imaginación... El Chato Flores debutó en el espectáculo en 1923 como actor, en el Teatro Smart, cuya primera actriz era Antonia Volpe, quien personificara a Doña Asociación en el legendario programa de Radio Belgrano: Gran Pensión el Campeonato, los domingos al mediodía. Su enorme audiencia palpitaba la jornada de fútbol de la AFA que iba íntegramente a la tarde. ¡Tiempos lindos aquellos! Entre actuaciones y canto, Flores fue creciendo, hasta que en 1937 lo convocó el bandoneonista y director Enrique Rodríguez. Debutó en los carnavales de River Plate. La orquesta, además de tango, incluía en su repertorio otros ritmos muy en boga, que El Chato interpretaba con contagiosa solvencia. Debutaron en el disco para el sello Odeón con: Anita Lizana (fox) e Ilusión (vals), de importante acogida local y récord de ventas en Chile. Luego registraron: La calesita se destrozó (fox), Ritmo de juventud, Clavelito en flor y los tangos Son cosas del bandoneón y Mi muñequita. Estos cuatro últimos temas pertenecen al maestro, con letristas de lujo como Ivo Pelay, Cadícamo y Alfredo Bigeschi. EL GRAN GOLPE. El año 1939 fue consagratorio, porque además de Tengo mil novias (también grabado por Canaro y Lomuto), El Chato impuso el vals Salud, dinero y amor…. otra producción de Enrique Rodríguez de similar estilo (letra y música de Sciammarella), que pegó fuerte en el gusto popular. Flores dejó registrados en el disco 35 temas, sobre 36 que grabó Rodríguez en ese período. Esto demuestra la trascendencia del cantor, a tal punto que despertó el interés de la RCA Víctor. En 1940 ingresó como estrella en ese sello. OTRO RUMBO. El Chato Flores debutó en su nueva condición de solista en Radio Belgrano. Para Víctor grabó cuatro títulos, destacándose el fox Sonia y el tango Nunca es tarde (de C. Flores y E. Pereyra). Luego partió a una extensa gira por el interior del país, más Uruguay y Chile. Al regresar compartió la cartelera en Radio Argentina con importantes cantores: Oscar Alonso, Héctor Palacios y dos consagradas voces femeninas: Azucena Maizani y Dorita Davis. Entre los numerosos tangos que cantó (y grabó) Flores figuran: Quiero verte una vez más (J. M. Contursi), Un copetín (Maglio Pacho), Mi verdad (A. Mármol y E. Rodríguez), Déjame ser así (Rodríguez y Gorrindo), Vendrás alguna vez (Malerba y Amadori). En 1942 participó en la película La gran pensión de la alegría y, al año siguiente, grabó su último disco en la Víctor con dos tangos de su autoría: Porque te supe querer y Tristeza marina. Hasta fines de la década del ‘40 mantuvo su popularidad, con actuaciones en emisoras y en cafés de onda como Marzotto y El Nacional. En los años ’50 realizó una gira por el país. Recorrió las provincias cuyanas junto a su amigo y gran cantor, Francisco Fiorentino. La última actuación la realizaron el 10 de septiembre de 1955 en el pueblito mendocino, Tres Árboles. En el regreso hacia la ciudad de Mendoza, equivocaron de ruta y terminó en tragedia. En un camino de tierra y en medio de la noche, el vehículo volcó en una acequia; Fiore fue despedido y cayó desvanecido con la cara hacia abajo, en un charco de agua y pereció ahogado. Esta desgracia afectó mucho al Chato. ÚLTIMA ETAPA. Recuperado de ese golpe anímico y motivado por otro entrañable amigo, el cantor Antonio Maida, actuó en Radio Belgrano en el programa Los Ases. En 1958 hizo un ciclo acompañado por la orquesta estable de LR3, dirigida por Leopoldo Federico. Sus últimas actuaciones fueron en Radio del Pueblo, con el sexteto dirigido por el pianista Miguel Nijensohn, quien también lo secundó en la grabación de un LP para el sello Magenta. Ya con 60 años, El Chato decidió colgar los botines y se fue a Colombia, radicándose en Medellín. Allí se casó y alternaba en locales nocturnos. Así transcurrió la extensa trayectoria de este muy popular cantor argentino. De nombre verdadero Domingo Patti, el Chato Flores nació en el porteño barrio de San Cristóbal el 29 de julio de 1907 y falleció en Colombia el 9 de noviembre de 1981. Tenía 74 años.

jueves, 14 de agosto de 2014

EL PULPO DEL PIANO

Orlando Goñi Debuta como profesional a los 13 años en la orquesta de Alfredo Calabró y de inmediato, junto a su amigo de la infancia Alfredo Gobbi, forma un sexteto para actuar en algunos locales. Actuó luego con Miguel Caló, con Manuel Buzón y con Anselmo Aieta en el café Nacional. En la orquesta de Buzón conoce a Aníbal Troilo, con quien se reencuentra, en 1936, en la orquesta de Juan Carlos Cobián. En 1937 Troilo decide formar su agrupación y convoca a su amigo Goñi para ser el pianista de la orquesta. En Troilo encuentra un alma gemela musicalmente, porque rondó por muchas orquestas, pero aquí permanece hasta septiembre de 1943. Tiempo suficiente para lograr el reconocimiento que durará décadas. Forma luego su propia orquesta completada por los bandoneones de Antonio Ríos, Roberto Di Filippo, Eduardo Rovira y Luis Bonnat; en violines: Rolando Curcel, José Amatriain, Antonio Blanco y Emilio González; Domingo Donaruma, en contrabajo. Pasaron como vocalistas: Francisco Fiorentino, Antonio Rodríguez Lesende, Osvaldo Cabrera y Raúl Aldao. Con esta formación actuó en radio Belgrano y en algunos locales nocturnos. Aunque no grabó comercialmente, se pudieron rescatar dos discos de acetato con cuatro temas registrados: "Y siempre igual" (canta Raúl Aldao), "Mi regalo" (canta Osvaldo Cabrera) y los instrumentales "Chiqué" y "El taura". Su bohemia lo llevó a "quemar" su vida prematuramente. Sintiéndose irremediablemente enfermo marchó a casa de un amigo músico en el Uruguay donde falleció.

domingo, 10 de agosto de 2014

"PICHUCO" Y "EL GATO"

Una noche desertó por algún problema el bandoneonista Toto Rodríguez, y Astor, que estaba ya entre el público, se ofreció a reemplazarlo, asegurando que se conocía de memoria todo el repertorio de la orquesta. Tras la prueba inicial, el pibe se quedó en la orquesta de Troilo durante cinco años. Además de tocar el fueye, Piazzolla –bautizado “Gato” por Pichuco a raíz de su temperamento inquieto- llegó a ser arreglador de la formación troileana, aunque esto siempre generaba algunas trabas del director: “Estos arreglos pibe, hay que suavizarlos. Los firuletes no van. La gilada quiere bailar. Si nos quedamos sin la milonga vamos muertos”. En 1944, Piazzolla se fue de la orquesta del Gordo en busca de nuevos horizontes y del camino que había resuelto andar. Esta distancia no creó resquemores ni resentimientos. El respeto y el cariño mutuo se prolongaron en el tiempo. Pichuco grabaría unos cuantos temas del amigo (“Prepárense”, “Verano Porteño”, “Triunfal” y “Lo que vendrá”, entre otros) y “El Gato” haría lo propio con “Quejas de bandoneón” y otros títulos del gordo. Volvieron a tocar juntos alguna vez. Y en el disco uno puede regodearse escuchando aquel encuentro a dúo de finales de los sesenta, en el que dejaron registrados “Volver” (Gardel-Le Pera) y “El motivo” (Cobián-Contursi) Tras la muerte de Pichuco, en 1975, Piazzolla compuso su inolvidable «Suite Troileana» que se grabó ese mismo año. Tenía cuatro movimientos: ‘Bandoneón’, ‘Zita’ (su mujer), ‘Whisky’ y ‘Escolazo’, las pasiones de Pichuco. (tal vez le faltó River Plate). Después haría con Horacio Ferrer “El gordo triste”. Zita Troilo hizo realidad el mandamiento de su esposo regalándole a Astor uno de los queridos fueyes del autor de “Sur”.