" de chiquilín te miraba de afuera"
domingo, 10 de mayo de 2015
UN CANTOR DE BARRIO
Durante su adolescencia, se hizo llamar Armando Barrié y bajo ese seudónimo formó un dúo con su amigo Carlos Fiorina. Ambos tocaban la guitarra y Armando era la voz principal. Se presentaban en reuniones barriales, familiares o simplemente de amigos. Solían ir con sus guitarras a fiestas de casamientos a pesar de no haber sido invitados y terminaban cantando y animando la reunión. Al final, se repartían la propina obtenida. Por esos tiempos, todo tipo de evento era válido para hacerse conocer y ganarse unos pesos.
De joven integró la orquesta de Francisquín, una formación quilmeña muy reconocida por aquel entonces en el barrio.
En 1934, Carlos Gardel cantó en el teatro Cristoforo Colombo de Quilmes. Armando, desde pequeño, ya era un gran admirador del Zorzal Criollo. No sólo tuvo el lujo de verlo cantar, sino que pudo conocerlo y saludarlo personalmente en la plaza que estaba frente al teatro. Le dio la mano y Gardel le firmó un autógrafo.
Era aún un adolescente cuando empezó a dar sus primeros pasos profesionales en los cabarets del barrio de La Boca, entre ellos, en el Charleston, ubicado en la calle Don Pedro de Mendoza y Necochea. Era un ambiente bastante pesado en comparación a otros cabarets de Buenos Aires. Por la cercanía con el puerto, estaba frecuentado por marineros y por oscuros personajes de la ribera.
Con el tiempo, fue progresando en la calidad de los escenarios, haciendo exitosas presentaciones en el famoso Café de los Angelitos. Tanto fue así que, en el año 1946, cuando Enrique Campos dejó la orquesta de Ricardo Tanturi, gente de confianza del director recomendó a Armando para hacer una prueba.
Interpretaba muy bien los tangos de Campos, pero terminó rechazando la oferta debido a que Tanturi quería que imitara al cantor uruguayo, sin darle la posibilidad de hacerlo con su estilo propio.
Es interesante destacar que no solo cantaba tangos, milongas y valses, también le gustaba mucho interpretar folklore. Por esos tiempos, a modo de solista, en su costado folklórico se hacía llamar Armando Duval.
En 1957, fue convocado por Fulvio Salamanca, quien había formado su propia orquesta, luego de estar 17 años junto a Juan D'Arienzo. Realizó la prueba interpretando “El Tigre Millán”, Fulvio se dio cuenta que ese tango no iba con su estilo, así que lo probó con otros temas y lo contrató. Desde ese momento, por iniciativa del director, el cantor pasó a llamarse Armando Guerrico, nombre que conservaría para siempre.
Se convirtió en el cantante emblemático de la orquesta y el que más discos grabó, dejando 20 exitosos registros. Sus primeros temas fueron “Mano cruel” y “Adiós corazón”, en 1957, hasta llegar a los cuatro últimos, en julio de 1961, “Quereme corazón” de Cayetano Ziccaro y Enrique Josis, “Dónde estás cariño”, “Y el último beso” y “La uruguaya y la porteña”.
En 1963, dejó la orquesta de Salamanca y continuó su carrera como solista, realizando trabajos con varias agrupaciones entre ellas, la de Oscar de la Fuente y la de Roberto Zanoni. Con Zanoni formó Los Cuatro para el Tango con Armando Guerrico. Realizaron giras y grabaron dos discos de larga duración.
En 1967, grabó con Oscar de la Fuente: “Bomboncito” y “No digas que no”, una guarania en tiempo de tango del director acompañante y Lorenzo Spanu, en el sello Doma. Y de los mismos autores, dos años más tarde, registraron “Melodía para una novia”, en el sello Forever.
En este mismo sello, llevó al disco una serie de rancheras acompañado por la orquesta de Daniel Lomuto. Lamentablemente, estas cintas se extraviaron y nunca salieron a la venta.
Nunca dejó de cantar folklore y, cuando podía, se presentaba a cantar en alguna fiesta o reunión. En el año 1970 realizó su última presentación profesional, interpretando música nativa en el escenario de Mi Refugio, a metros de Radio El Mundo. Para la sorpresa de muchos, lo hizo con el nombre artístico de Armando Duval.
Luego se retira definitivamente y muere a los 91 años.
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