" de chiquilín te miraba de afuera"
martes, 28 de octubre de 2014
LAS ESTRELLAS DEL TANGO
En 1940 se inicia lo que sus biógrafos consideran la segunda y definitiva etapa en su aprendizaje musical. En esta orquesta ya están las grandes estrellas del tango y su estilo se ha depurado. Osmar Maderna en el piano; Domingo Federico, Armado Pontier, Eduardo Rovira, Julián Plaza, Carlos Lázari y José Cambareri, en bandoneones. Los violines estarán a cargo de Enrique Francini y Antonio Rodio y en el contrabajo se destacarán Ariel Pedernera, Juan Facio y Nito Farave. Nijenshon en algún momento reemplazará a Di Sarli, pero ahora Caló es reconocido por la calidad de sus músicos y su nombre es sinónimo de buen gusto.
Tres grandes cantantes están presentes con Miguel Caló: Alberto Podestá, Raúl Berón y Raúl Iriarte. La trilogía se amplía con la presencia de Jorge Ortiz, Luis Correa y, en algún momento el gran Roberto Rufino. Podestá le dio su sello particular a la orquesta con temas como “El bazar de los juguetes” o “Bajo un cielo de estrellas”; Raúl Berón -para muchos la escolta insustituible de Gardel- consagró “Late un corazón” y “Azabache”. A Jorge Ortiz siempre se regresa cuando se quiere escuchar “A las siete en el café”, del mismo modo que Raúl Iriarte es imprescindible para interpretar “La vi llegar”.
Para los bailarines y los amigos de la buena música, el tema fetiche de Caló fue “Sans Souci”. Así como a Pugliese se lo recuerda por “La Yumba”, a Di Sarli por “Bahía Blanca”, a Maderna por “Lluvia de estrellas”, a Troilo por “Quejas de bandoneón” y a Piazzolla por “Adiós Nonino”, a Miguel Caló se lo relaciona con “Sans Souci”, compuesto por Enrique Francini y grabado por primera vez en 1944.
En 1961, en un tiempo en que se profetizaba la definitiva decadencia del tango, Caló asume el desafío de convocar a los mejores músicos de su tiempo para formar una orquesta. Allí están entre otros Armando Pontier, Domingo Federico, Enrique Francini, Hugo Baralis y Octavio Trípodi en el piano. Los cantores son, una vez más, Alberto Podestá y Raúl Berón. Esta formación musical será presentada en la radio y los locales nocturnos con el sugestivo título de “Miguel Caló y la orquesta de las estrellas”. Con ese nombre grabarán para el sello Odeón doce temas inolvidables.
Miguel Caló murió el 24 de mayo de 1972. El infarto lo derrumbó casi en la esquina de Corrientes y Montevideo. Magia o destino: en esa misma esquina se había iniciado como profesional hacía más de treinta años, cuando después de las doce de la noche su orquesta iniciaba el rito nocturno del Buenos Aires de entonces.
sábado, 18 de octubre de 2014
EL CANTOR HIJO DE RESERO
Oscar Alonso fue un cantor argentino de tango que nació el 12 de octubre de 1912 en la localidad de Ameghino, Provincia de Buenos Aires, Argentina y falleció en Buenos Aires, el 16 de enero de 1980. Su padre fue Pedro Brandán, que trabajaba de resero y es uno de a los personajes de la vida real que, según escribió Ricardo Güiraldes en la dedicatoria de Don Segundo Sombra inspiraron su obra.
Comenzó cantando semiprofesionalmente siendo aún muy joven con su nombre verdadero (Carlos Brandán), en un café de la calle Lavalle, alrededor de 1926. Luego de presentarse en diversos bares nocturnos, hizo durante 1929, sus primeras armas importantes en Radio La Voz del Aire, y poco después pasó a colaborar como vocalista en la orquesta de Anselmo Aieta y en 1933 actuó en el palco del Café “El Nacional” de la calle Corrientes. Luego de la muerte de Gardel, quien según Armando Defino, escuchó al joven Alonso y quedó deslumbrado con su voz y personalidad, cobró gran prestigio y fue considerado por muchos cronistas como el sucesor del Zorzal.
Además de emitir programas de radio muy famosos ante los micrófonos de Pietro y Argentina, se lució en los discos Odeón a partir de 1936, acompañado por un conjunto de guitarras que dirigía el gran ejecutante Alberto Ortiz, -quién fuera también guitarrista de Magaldi y Nelly Omar-, dejando tres placas memorables donde nos brindó su impronta de notable cantor nacional.
A partir de 1966 y hasta 1974, Alonso grabó en diferentes ocasiones acompañado por la orquesta de Carlos García. Su voz mantenía su temple, pero empezaba a declinar. Algo deteriorado por los años y los excesos, mantuvo hasta el final de sus días, es decir, hasta el 15 de enero de 1980, su lealtad incondicional al peronismo.
viernes, 17 de octubre de 2014
HEREDERO DEL ESTILO DI SARLI Y FRESEDO
Hijo de Carlos María y Luisa Cosso de Sassone, y heredero de los estilos de Carlos Di Sarli y Osvaldo Fresedo, Florindo Sassone, tuvo una destacada trayectoria en la década del '30 pero sin fortuna publicitaria y sin llegar al disco. A partir de su reaparición a mediados e 1946 marcó el comienzo de su exitosa carrera.
Luego de recibirse de profesor de violín, debuta profesionalmente en un conjunto que dirigía Antonio Polito que actuaba en Radio Belgrano. Al año siguiente pega el gran salto y pasa a ser violinista en la orquesta de Roberto Firpo.
En 1935, forma su primer orquesta, debuta el 1 de enero de 1936 en Radio Belgrano y actúa en el café Nacional y el cabaret Marabú, con la voz de Alberto Amor. Tiempo más tarde pasa a Radio El Mundo donde hace un programa, todos los mediodías, con una gran orquesta que tenía percusión, arpa y otros exóticos instrumentos.1
Empezó a grabar para la RCA Víctor en 1947, contando durante su permanencia en este sello con cantores como Jorge Casal, Ángel "Paya" Díaz, Roberto Chanel, Carlos Malbrán, Raúl Lavalle y Rodolfo Galé. En 1959, Sassone pasó a Odeón,con diferentes vocalistas donde los registros instrumentales fueron adquiriendo mayor presencia. A partir de 1971 rotó para varios sellos: Carmusic, País, Music Hall, Embassy y Microfón.
Cuando Casal quizo pasarse a la orquesta de Aníbal Troilo, Sassone apeló ante el Sindicato Argentino de Músicos porque su orquesta tenía firmado un contrato para realizar los bailes de Carnaval de 1950, por lo que Jorge Casal debió realizar esas actuaciones antes de su incorporacion a la orquesta de Pichuco.2
En 1960, Osvaldo De Santi deja la orquesta de Alberto Mancione e ingresa a la de Florindo Sassone, realizando presentaciones por LR1 Radio El Mundo y Canales 7 y 11 ( Así canta Buenos Aires) de televisión. En esa década llegó a tener un programa, donde era la figura estelar.3
En 1962, la orquesta contaba con un equipo de músicos excepcional: Osvaldo Requena en el piano; en la línea de bandoneones estaban Pastor Cores, Carlos Pazos, Jesús Méndez y Daniel Lomuto; en los violines, Roberto Guisado, Claudio González, Carlos Arnaiz, Domingo Mancuso, Juan Scafino y José Amatriali; con Enrique Marcheto en el contrabajo.
En 1966, viajó al Japón donde se presentó en las más importantes ciudades por espacio de varios meses. Para esa ocasión llevó como cantor a Mario Bustos. Seis años más tarde vuelve a ese país, esta vez con otra voz: Luciano Bianco.
En 1957 y 1971 puso música a la milonga Baldosa Floja, con la colaboración de Julio Bocazzi, y al tango El último escalón, ambas con letra de Dante Gilardoni. Como compositor también le pertenecen: los tangos instrumentales: El relámpago, Cancha y junto a Mazzea, Rivera Sud, Bolívar y Chile, Tango caprichoso, Esquina gardeliana, entre otros.
Colombia y Venezuela lo reciben en 1975 y en Caracas, actuó junto a una delegación artística argentina. En esa oportunidad eran sus cantores: Oscar Macri y Rodolfo Lemos. Después una gira a Porto Alegre, en Brasil y a Asunción, capital del Paraguay.
En su discografía se observa de tanto en tanto a su Sexteto Don Florindo con el que recreaba composiciones al estilo de la Guarda Vieja.
Estuvo casado por varias décadas con su esposa de nombre María, y falleció en Buenos Aires el 31 de enero de 1982 a los 70 años de edad.
domingo, 12 de octubre de 2014
"EL NIÑO CANTOR"
Pablo Lozano
Fue un cantor precoz que, en su ciclo maduro, nos ofreció una bella voz y una alta técnica interpretativa. Se inició siendo un niño, en el grupo infantil La Pandilla Marilyn que hacía radioteatro, luego integró el elenco de la similar pero efímera, Pandilla Corazón.
En 1935 debutó como “el niño cantor” en LR5 Radio Mitre, después fue a LR3 Radio Belgrano, para participar en el programa Matiné Federal. Y, a los doce años, hizo una breve actuación en la orquesta de Edgardo Donato.
Cuando, en 1943, Alfredo Gobbi reapareció en Buenos Aires, luego de una extensa temporada en Montevideo en la orquesta de Pintín Castellanos, armó su propia formación contando con las voces de Walter Cabral y Lozano. Desconozco como Pablo con sólo 17 años llegó a la agrupación de “El Violín Romántico del Tango”, pero lo cierto es que debutó en el local Sans Souci de la calle Corrientes junto a importantes músicos: Edelmiro D’Amario “Toto”, Deolindo Cazaux, Ernesto Rodríguez “Tito” y Mario Demarco (bandoneones), Gobbi, Bernardo Germino, Antonio Blanco y Juan Pro (violines), César Zagnoli (piano) y Juan José Fantín (contrabajo).
Después que Gobbi disolvió la orquesta, pasó a actuar brevemente con la de Francisco Lomuto. En 1945, fue requerido nuevamente, por Donato, junto a su colega el cantor Jorge Denis. Fue en esa oportunidad que llegó al disco. En marzo registró los tangos "Barrio tranquilo" y "La de los ojos tristes", de Donato y Héctor Marcó. A fin de año se fue de esta orquesta y, en su lugar, ingresó Alberto Podestá.
En 1947, fue contratado por Antonio Ríos para cantar en su cuarteto, que se presentaba en la confitería Marzotto, de la calle Corrientes, con gran aceptación del público y en Radio Belgrano.
Después de un año, volvió a ser convocado por Gobbi para compartir el escenario con el joven cantor Héctor Maciel. En esta nueva etapa con el maestro grabó: "Muchachos yo tengo un tango, de Natty Paredes y, al otro lado del disco, Maciel registró "Tierrita". Con esta placa tuvieron un éxito comercial muy importante.
Esta nueva orquesta de Gobbi estaba integrada por: Ernesto Romero (piano), Mario Demarco, Mauricio Shulman “Budita”, Ernesto Rodríguez, Alberto Garralda y Ricardo Varela (bandoneones), Gobbi, Antonio Blanco, Luis Piersantelli, Miguel Silvestre, Osvaldo Monteverde y Agustín Carlevaro (violines), Juan Pecci (contrabajo).
Al finalizar el año 1948, ambos cantantes se alejan de la orquesta y fueron reemplazados por Jorge Maciel y Ángel Díaz. Luego de un año, Lozano reaparece en el Marzotto, acompañado por el cuarteto de Jorge Dragone y, en 1950, se integra a la orquesta del violinista Oscar de la Fuente.
Luego de los carnavales de 1955, Aníbal Troilo sufrió el alejamiento de Jorge Casal. Poco tiempo antes, se había ido Raúl Berón, el otro componente de esa escuadra de ases. Para suplir tamañas ausencias, El Gordo se decidió por Carlos Olmedo, primero y por Lozano, después.
Ambos vocalistas venían siendo observados por Troilo, atraído, seguramente, por la calidad interpretativa y buena técnica de los dos muchachos. Por un lado, el fraseo rítmico de Pablo y por el otro, el decir personal de Olmedo, sumaban virtudes para esa elección. Pichuco se jugó por ellos, no obstante, las grandes dudas que tenía en cuanto a la conducta de ambos, quienes habían ganado fama de bohemios e incumplidores. Lamentablemente los cantores le fallaron y, al cumplirse el término del contrato, se vio obligado a prescindir d ellos.
Fue realmente una lástima, ya que pudieron haber hecho una buena carrera junto al Gordo. Por suerte, en el surco nos quedaron tres perlitas, verdaderas joyas tangueras: "Viejo baldío", por Lozano, y "Recordándote" y "El cantor de Buenos Aires", por Olmedo.
Desde ese momento su carrera artística fue declinando, paulatinamente, llevando una vida personal mala y autodestructiva. A fines de los setenta era común encontrarlo ebrio en el estaño de algún café céntrico o en el restaurante Pepito de la calle Montevideo y Sarmiento, del que era habitué. La caída era inexorable.
El de Pablo Lozano es un caso muy común de aquellos tiempos en que la muchachada tanguera creía que la vida era eterna, que la juerga y la noche eran inofensivas y que la farra no dejaba secuelas. Murió a los 67 años recién cumplidos.
sábado, 11 de octubre de 2014
"EL PIBE DE FLORES"
Pedro Maffia
Nació en el barrio porteño de Balvanera,2 hijo de los inmigrantes italianos Angelo V. Maffia y Luisa Spinelli. Se lo conoció en el ambiente musical como «El Pibe de Flores», e inauguró una modalidad completamente nueva de ejecución. Dejbaa el fuelle cerrado, utilizando las distintas tonalidades de notas que brinda el instrumento, en la ejecución en la modalidad abriendo o cerrando, utilizando la válvula del mismo para no forzar el sonido. Con Maffia, el bandoneón alcanzó una mayor pureza de sonido, llevándolo a uno de sus puntos de mayor alcance interpretativo. A los once años su maestro fue Pepín Piazza.3 A los quince años recorría los cafetines de Villa Crespo y ya a esa edad compuso el tango Cornetín. Sus primeros estudios musicales fueron de piano. Después crearía el primer método de estudio de bandoneón. A los 16 años debutó en el bar Iglesias, de la calle Corrientes, tocando también en oscuros prostíbulos de la provincia de Buenos Aires, con la modalidad a la gorra (como era menor de edad, en esta época, y siendo muy común sus escapadas de la casa paterna, generalmente para irse al puerto de Bahía Blanca (provincia de Buenos Aires). Su padre Ángel y su madre Luisa daban intervención policial para que fuera devuelto al hogar.
Maffia siempre hizo culto de la amistad. Era común verlo frecuentar distintos bares de la capital, como por ejemplo los de calle Libertad y Rivadavia, Hipólito Yrigoyen y Bernardo de Irigoyen, Corrientes y Libertad, el bar Dante (en Boedo e Independencia, donde se creó el famoso "GRUPO DE BOEDO", formado por distintos intelectuales (Juan Francisco Giacobbe), poetas (José González Castillo, Cátulo Castillo) y músicos de la época (Sebastián Piana, Pedro Láurenz) ─entre otros─ casi en concordancia con el grupo del bar Tortoni), La Querencia (en Avenida de Mayo y Tacuarí, un local que también tenía salida por la calle Hipólito Yrigoyen, donde comenzó cantando Roberto Goyeneche).4
También frecuentaba distintos restaurantes de la capital, destacándose entre ellos: El Globo (Hipólito Yrigoyen y Salta), El Tropezón (Callao y Perón, que ya no existe), el restaurante de la avenida Independencia y Boedo (que ya no existe, y donde se podían pedir los fideos con tuco por kilo), El Hispano (Salta y Rivadavia, donde se podían pedir «callos a la madrileña», sentado en la barra), El Imparcial (en Salta e Hipólito Yrigoyen).
En todos y en cada uno de estos lugares, Maffia no hubo de estar solo. En su mesa se sentaron los más distintos representantes de la noche porteña, como así también de su intelectualidad.
Falleció el 16 de octubre de 1967, a los 68 años, en su casa en calle Corrientes 1969.
domingo, 5 de octubre de 2014
EL CABALLERO DE CAPILLA DEL SEÑOR
Carlos García
Nació en Capilla del Señor (provincia de Buenos Aires) y se crió en el porteño barrio de San Cristóbal y sus primeros estudios fueron con el maestro Mariano Domínguez. Se inició como pianista de cine mudo, algo muy común en los músicos del género. Con el maestro Pedro Rubione estudió armonía, composición, contrapunto, fuga y orquestación, tenía apenas quince años, pero su relación con el profesor duró hasta 1969, es decir cuarenta años.
Integró la orquesta de Firpo entre 1932 y 1938, luego ingresó como pianista del dúo Martínez-Ledesma, que hacían música folclórica argentina y americana.
Entre 1938 y 1945, animó bailes con el conjunto de música internacional Hawaian Serenaders. Con esta formación estuvo cinco meses en el Brasil, en el año 1943, y a su regreso ingresa como empleado en el sello EMI-Odeon. Su tarea consistía en organizar formaciones musicales para los acompañamientos de los artistas que trabajaban con la empresa.
Realizó muchas giras por el interior del país con todas los conjuntos en los que participó. En algunas de ellas acompañando a la cantante Mercedes Simone.
Actuó también en la orquesta de Alberto Castellanos en Radio El Mundo, a mediados de la década del cuarenta.
Entre 1946 y 1960, tuvo como actividad principal la docencia, actuando esporádicamente como pianista solista o acompañando músicos folclóricos.
A partir de 1960, es contratado como asesor musical por Radio Municipal de la ciudad de Buenos Aires. Ese mismo año comienza a realizar la misma tarea para la empresa EMI-Odeon, hasta el año 1983.
Viajó a Japón en tres oportunidades con orquestas que él armaba en cada ocasión, quedó sorprendido por el comportamiento del público japonés: «Escucha con mucha atención y al finalizar aplaude medidamente cada interpretación. Y al final de la función muestra todo su entusiasmo».
Leyendo una entrevista que le hiciera Salvador Arancio, comprobamos su capacidad docente en el método empleado en sus charlas y conferencias, que él denomina «escuchando tangos»: «Llevo un cassette armado con los mejores arreglos de tango que conozco: De Caro, Salgán, Pichuco, Di Sarli. Después toco algo en el piano y en el medio intercalo frases que, para mí, son sustanciales para completar la explicación. Advierto a la gente que para escuchar hay que estar muy tranquilo y liberado de ruidos, si no, no se escucha lo que realmente se está oyendo y lo que no se apreció en su momento se pierde».
En 1978, participó, junto a Enrique Mario Francini, Leopoldo Federico y Atilio Stampone, en el ciclo Tangos Para el Mundo, auspiciado por la Municipalidad de Buenos Aires. El mismo se realizó en el Teatro Presidente Alvear y en él participaron músicos extranjeros: Don Costa, Billy May, Johnny Mandel y Nelson Ridle. La orquesta tenía cincuenta y cinco músicos.
En su discografía se destaca sus registros con Roberto Grela, del año 1975 y los dos discos de solos de piano editados por el sello Melopea, el primero contiene una serie de grabaciones de la década del sesenta realizadas en el auditorio de Radio Municipal y el segundo registradas en 1991.
Fueron muchos los cantores a los que acompañó en sus grabaciones, como director de orquesta, entre ellos: Héctor Pacheco (1956-1958), Argentino Ledesma (1967-1968), Oscar Alonso (1968), Alberto Marino, Rubén Juárez, Claudio Bergé (1969) y Francisco Llanos (1978) todos para el sello EMI-Odeon. En 1974 vuelve a grabar con Oscar Alonso, esta vez para el sello RCA-Victor.
Ha compuesto muchos temas pero pocos llegaron al disco, su obra más destacada es "Racconto", con letra de Margarita Durán, grabada por Aníbal Troilo, Miguel Caló, Osvaldo Pugliese y el Sexteto Mayor. También "Ayudame Buenos Aires", letra de Francisco Llanos, "Mi estrella azul" y "Al maestro con nostalgia".
Sus reflexiones sobre la vanguardia son muy interesantes: «El creador crea sin darse cuenta, espontáneamente. Pichuco, Di Sarli, De Caro, Salgán y hasta el mismo Piazzolla, crearon su obra y ninguno de ellos se tildó de vanguardista. Lo hacían sin darse cuenta. Ellos muestran lo que descubrieron, lo que saben, lo que les nace y nada más. Esto no es vanguardia sino un testimonio de aquellos que están dotados». Finalmente expresa que, para él: «La vanguardia es un rótulo. Los músicos importantes hicieron su obra porque tenían un fuego sagrado adentro».
Este caballero, murió a los noventa y dos trabajando. Y el haber podido conocerlo fue un honor y un verdadero placer.
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