" de chiquilín te miraba de afuera"

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cafe de Garcia

sábado, 30 de noviembre de 2013

MOZO GUAPO

Alberto Castillo, de su verdadero nombre, Alberto Salvador de Luca, nació el 7 de diciembre de 1914 en Buenos Aires. Muy pronto, atraído por el tango se oculta de su padre para cantarlo a la radio tomando seudónimos. Canta con las orquestasJulio de Caro en 1934, de Agusto Pedro Berto en 1935 y de Mariano Rodas en 1937 Pero, había debido olvidado un poco el tango para terminar sus estudios de medicina, obtiene su título de ginecólogo en 1942. es integrando la orquesta de Ricardo Tanturi "Los Indios", en 1939 que conoce el éxito con títulos emblemáticos como "Asi se baila EL tango, la Sra. Yvonne, Recuerdo Malevo". El día, el doctor de Luca se ocupa y la noche canta el tango. En 1944, crea su propia orquesta bajo la dirección del violinista Emilio Balcarce. Escuchan los vals: "los cien barrios portenos, Unitaria". Más que un cantante, Alberto Castillo es un símbolo. Sus exageraciones, vocal sobre la vertiente popular y de indumentaria, sobre el método vidente, casi clownesque, se lo alejan definitivamente de los pálidos imitateurs de Gardel después del accidente de Medellin. Se compromete sobre el camino de la marginalidad raillant el burgués y las normas de la clase media. Algunos lo comparan al cantante de AL Johnson que grimait en negro e hinchaba guantes blancos. Mucho antes Elvis Presley, se atreve a jugar con el micrófono que hasta -alli' no se afectaba. Cada tango es para él un tramo de vida que debe ponerse en escena; es lo que lo volverá inimitable e inimitado. Lo también en los años 50 al cantar ella candombé con bailarines negros, revisitando, en resumen, la historia cultural y étnica del tango, lo que no debió agradar a algunos sino, entusiasmaba al público. Es una alegría hoy de bailar sobre: "Charol, Siga el baile, Bronce, el baile de los morenos". Por ello se hizo al representante modesto de una clase marginalizada que comenzaba a despertarse. Allí, dónde otros caían en el obséquiosité ante las clases dirigentes, le optaban por la burla. Para el tango so'lo le tenía valor porque elegido por el pueblo. A partir de 1946, Alberto Castillo juega en varias películas que pegaron tales marcas de entradas: Adios pampa mia, EL tango vu en París. Su renombre baja en 1955 a la caída del péronisme, la alta burguesía que corresponde al poder no puede reconocerse en el que el mono y que exhibe otra identidad social. Se apaga el 23 de julio de 2000 después de una alta vida en colores y rico de su contenido.

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